Puerto España, Trinidad y Tobago.- La Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC) emitió un comunicado donde expresa "grave preocupación" por el reciente incremento de activos navales y militares en el Sur del Caribe. Los obispos alertaron sobre las implicaciones para el bienestar socioeconómico, político y humanitario de la región.
Desde hace unas semanas, bajo las instrucciones del gobierno de Donald J. Trump, los Estados Unidos han movilizado tropas en el caribe frente a las costas de Venezuela y se han autorizado operaciones encubiertas para invadir el territorio; también se ha argumentado la implementación de una estrategia anti-narcóticos en las aguas del Caribe.
El documento señala que "la presencia de buques de guerra y la perturbación de los medios de vida marinos en nuestras aguas caribeñas representan amenazas reales e inmediatas para la estabilidad regional". Los prelados caribeños hicieron un llamado a "la desescalada de la militarización y a un renovado compromiso con el diálogo y la unidad regional".
Los obispos citaron las enseñanzas papales sobre la paz. Recordaron las palabras del papa León XIV quien afirmó: "Nunca debemos estar acostumbrados a la guerra". También evocaron a San Juan XXIII, quien proclamó que "la verdadera paz solo puede nacer de un corazón desarmado de la ansiedad y el miedo a la guerra".
El comunicado abordó el problema del narcotráfico, reconociendo que "continúa devastando las sociedades caribeñas, erosionando vidas, futuros y el tejido moral mismo de nuestras comunidades". Sin embargo, los obispos enfatizaron que "la privación arbitraria e injustificada de la vida no puede justificarse como medio de resolución".
Los obispos manifestaron su posición sobre la soberanía regional: "El desprecio por la soberanía de las naciones independientes no puede aceptarse como una medida razonable en nombre de la seguridad fronteriza". Añadieron que "la guerra o la amenaza de guerra nunca es la solución adecuada".
Los obispos instaron a los fieles a "renovar su fe y confianza en el Señor, resistiendo el desánimo y el cinismo que amenazan con abrumarnos". Sugirieron que "los actos de reconciliación, la fiel observancia de los sacramentos y el rosario en familia siguen siendo poderosas expresiones de esperanza".
El comunicado concluyó con una expresión de solidaridad "con todos los pueblos del Caribe, especialmente con los más directamente afectados por esta situación". Los obispos depositaron su "esperanza, confianza y oraciones en la búsqueda de una solución pacífica y justa que defienda la dignidad humana, la soberanía nacional y el bien común".

