Ciudad de México.- Las principales preocupaciones entorno a la libertad religiosa en México pasan por el clima de violencia generalizada y la manipulación de los símbolos religiosos en contextos políticos, afirmó la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en su apartado sobre la nación mexicana de su Informe Anual 2021 sobre Libertad Religiosa en el Mundo.
En el reporte, ACN afirma que "se sigue apreciando una violencia atroz contra sacerdotes, iglesias y creyentes. Esta violencia tiene numerosos motivos, entre los cuales se cuentan: el crimen organizado, disputas por la tierra, corrupción, extorsión y venganza".
La organización internacional descarta rasgos de persecución o discriminación religiosa en México pero sostiene su preocupación por las acciones del crimen organizado contra líderes comunitarios (entre ellos, los sacerdotes) por su labor de denuncia de abusos y actos criminales contra la población en general: "Los sacerdotes y las monjas intentan proteger a sus comunidades, en concreto a los migrantes, que constituyen uno de los grupos más vulnerables a la explotación de los traficantes de personas y los cárteles de la droga", ejemplifica ACN.
"Las evidencias indican que, aunque los ataques dirigidos concretamente contra sacerdotes no parecen estar motivados por la religión (negando así la idea de que el clero es víctima de persecución religiosa), secuestran y asesinan a sacerdotes debido a su labor pastoral, pues a menudo lleva implícita la defensa de los derechos humanos. De esta manera, la violencia restringe profundamente el ejercicio efectivo de la libertad de pensamiento, conciencia y religión", dice el informe.
Durante el período que estudia el reporte, México ha registrado un número creciente de actos de vandalismo, sacrilegio, robos y otras formas de ataque a iglesias por todo el país.
"Resulta difícil analizar e identificar los objetivos generales, ya que estos actos han sido llevados a cabo por distintos actores y por motivaciones diversas: por ejemplo, algunos sucesos han sido provocados por feministas radicales. Además, aunque se han denunciado tales hechos en los medios de comunicación, no hay un registro sistemático de las investigaciones policiales que puedan llevar a aplicar condenas legales. Así, da la impresión de que los actos contra la libertad religiosa quedan impunes".
La segunda preocupación de la fundación pontificia es la relación entre el Estado y la religión "especialmente por el uso del lenguaje y los símbolos religiosos con fines políticos". El informe ACN lamenta que "a pesar de los posibles beneficios de tener un presidente sensible a la religión", el lenguaje pararreligioso desde el gobierno "con términos cuasi-evangélicos" fomenta la polarización entre partidarios al jefe del ejecutivo y a sus opositores políticos.
"El derecho a la libertad religiosa en México es precario... la libertad religiosa no ha mejorado respecto a informes anteriores; las perspectivas de futuro de este derecho humano siguen siendo negativas", concluye el reporte.
En el contexto socio-político, ACN explicó el marco legal que garantiza diversas libertades de pensamiento, conciencia y culto en México pero sin matices específicos sobre la plena libertad religiosa.
Finalmente, el reporte de ACN recupera las informaciones y denuncias compiladas por el Centro Católico Multimedial (CCM) dirigido por el sacerdote paulino, Omar Sotelo, que refiere asesinato de tres sacerdotes y el secuestro de otros dos; además de los ataques contra iglesias por atracos y actos de sacrilegio.
Principales actos preocupantes
"En agosto de 2018, se encontró el cadáver del padre Miguel Flores Hernández, que había desaparecido unos días antes, asesinado a tiros. En octubre de 2018, se halló el cuerpo del padre Ícmar Orta con heridas de bala dentro de un vehículo. Ese mismo mes, fueron secuestrados el padre Juan Carlos Alatriste Flores y el padre Enrique Madrid Hernández. También en agosto de 2018, dispararon contra la casa del cardenal emérito Norberto Rivera, y mataron a un guardia de seguridad.
"En mayo de 2019, asesinaron a dos jóvenes en el aparcamiento de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Córdoba, en el estado de Veracruz. La Iglesia afirmó en un comunicado que «en Veracruz, la violencia no tiene límites, ni horas, ni lugares, ni respeto alguno por lo sagrado». Ese mismo mes, unos desconocidos lanzaron una granada al patio de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Zacatecas, hiriendo de gravedad a cuatro niños.
"En julio de 2019, dispararon contra el padre Juvenal Candía Mosso cuando acudía a una reunión de pastoral penitenciaria en la ciudad de Cuernavaca. El sacerdote y el conductor fueron llevados al hospital, pero el conductor falleció a consecuencia de las heridas.
"El 3 de agosto, secuestraron al padre Aarón Méndez Ruiz, director de la Casa del Migrante AMAR, refugio para inmigrantes en Nuevo Laredo, después de que impidiera que una organización criminal raptase a unos inmigrantes cubanos del refugio. El 23 de agosto de 2019, asesinaron al padre José Guzmán Vega asestándole varias puñaladas con un cuchillo".
En otras comunidades religiosas no católicas, el reporte compila los actos de noviembre de 2019, en una emboscada en Sonora, cerca de la frontera con Estados Unidos, asesinaron a tres mujeres y seis niños mormones. Hombres armados con rifles de asalto dispararon contra un grupo de familias que viajaban por la región. Aparentemente, la causa fue una disputa entre cárteles de la droga por el territorio; los cárteles trataban de intimidar a los habitantes de la zona y obligarles a abandonar sus propiedades para quedarse con ellas".
"En marzo de 2020, unos sicarios asesinaron a tres testigos de Jehová durante una celebración religiosa en Michoacán.
"En marzo de 2020, las manifestaciones convocadas por el Día de la Mujer terminaron con daños a la propiedad privada y pública. Atacaron violentamente a las iglesias católicas en varios estados de todo el país. En la mayor parte de los casos, la violencia consistió en arrojar pintura contra las iglesias, pero en algunos lugares utilizaron artefactos incendiarios, por ejemplo, cócteles molotov. La guardia nacional tuvo que evacuar a unos 80 fieles que se encontraban en la catedral de Hermosillo cuando los manifestantes la atacaron.
"En abril de 2020, la Iglesia católica denunció que en el Estado de Chiapas un sacerdote estaba recibiendo amenazas telefónicas del cártel Nueva Generación de Jalisco, contra él, su familia y su congregación. Supuestos miembros del cártel exigían que la Iglesia reconociera que ellos eran los dueños de la zona a cambio de mantener la paz.
"En julio de 2019, dadas las relaciones existentes entre las asociaciones religiosas y el Gobierno federal, la Iglesia católica decidió no distribuir la Cartilla Moral, un documento de reflexión nacional sobre los principios y valores que promueve el Gobierno, argumentando que «se tiene que reconocer y fomentar que la educación en valores es la tarea primordial de los padres». Por su parte, la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas sí se unió al programa gubernamental.
"En febrero de 2020, la Conferencia Episcopal Mexicana explicó cómo responder a la pregunta sobre religión del censo de 2020. Se consideró necesario hacerlo para evitar que se repitiera una polémica que ya se suscitó 10 años atrás, cuando la Arquidiócesis de México consideró que la ambigüedad de las preguntas del censo podría llevar a registrar menos creyentes de los reales.
"El 1 de diciembre de 2018, cuando el actual presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al poder, se celebró un acto público en Zócalo, la plaza principal de Ciudad de México, en frente de la Catedral Metropolitana y del Palacio Nacional, en el que representantes de los grupos nativos bendijeron al presidente. En esta ceremonia religiosa tradicional indígena, el presidente se arrodilló ante los representantes indígenas que rezaron por él a la Virgen de Guadalupe, le purificaron con copal y hojas de albahaca y le dieron un bastón de mando simbólico. Es la primera vez que un presidente mexicano se arrodilla ante los representantes de la comunidad indígena.
"Durante la campaña electoral y en conferencias de prensa diarias, el presidente ha hecho referencia a los símbolos religiosos, las enseñanzas del papa Francisco, e incluso al Evangelio, suscitando críticas por el uso político de la religión, el debilitamiento de la laicidad del estado y por la relación que ha establecido con sus seguidores, que le apoyan con un fervor casi religioso.
"Durante el período estudiado en este informe, la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público ha sido objeto de debates. En febrero de 2019, tuvo lugar en el Senado mexicano el Foro Interamericano de Colaboración y Diálogo Interreligioso sobre Libertad Religiosa, donde se planteó la posibilidad de modificar la ley o hacer una nueva. En diciembre de 2019, se presentó un plan sobre el acceso a los medios de comunicación y la objeción de conciencia, que la Conferencia Episcopal apoyó.
"En marzo de 2020, el presidente, que constantemente ha minimizado la pandemia de la COVID-19 y sus efectos, mostró una estampa religiosa diciendo que era su «escudo protector» contra las consecuencias económicas del coronavirus. El anterior presidente Felipe Calderón expresó en Twitter su preocupación por «la manipulación de los sentimientos y símbolos religiosos de los mexicanos».
"En julio de 2020, organizaciones defensoras de los derechos civiles denunciaron al Gobierno por promover actos contra la vida y la familia a través de cambios en los programas educativos que podrían vulnerar el derecho de los padres a educar a sus hijos.
"Respecto a otras cuestiones, en agosto de 2018 se publicaron los resultados de una encuesta realizada en 2017 por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Mostraban que uno de cada cinco encuestados se sentía discriminado; de estos, el 24% lo era por sus creencias religiosas.
"Con el cierre debido a la pandemia de la COVID-19, la Conferencia Episcopal pidió que se suspendieran los servicios religiosos para ayudar a evitar la propagación del virus. Posteriormente, en mayo de 2020, emitió unas directrices generales para reiniciar el culto durante la pandemia. En julio de 2020, reabrieron varias iglesias católicas en Ciudad de México, mientras que algunas iglesias evangélicas decidieron permanecer cerradas a pesar de la autorización oficial que permitía la reapertura.
"En septiembre de 2020, durante los preparativos de la celebración de la independencia de México, el ejército bloqueó el acceso a la catedral sin avisar previamente a la arquidiócesis y sin tener en cuenta los acuerdos existentes al respecto".