Ciudad de México.- En el Día del Maestro, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura del organismo religioso reconocieron la labor de los maestros del país, sobre todo por las dificultades provocadas por la pandemia de COVID-19 e hicieron un llamado para que todas las esferas sociales atiendan al profesorado con esucha, cercanía y capacitación.
Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, señaló que "la pandemia de COVID-19 ha significado un enorme desafío para continuar con el aprendizaje" y exhortó a los docentes a "seguir ampliando los caminos de comunicación con los padres y madres de familia, con los directivos, y sobre todo, con los estudiantes".
En su reflexión, Cabrera consideró que las presentes circunstancias profundizaron "la enorme brecha de desigualdad que existe en cuanto a personal, instalaciones y herramientas tecnológicas suficientes para la labor educativa" e hizo un llamado a la sociedad en su conjunto para colaborar en la redignificación de las condiciones del ámbito educativo nacional.
"Los maestros necesitan más que vacunas, que son sólo un punto de partida. Necesitan formación para acompañar la situación emocional y apuntalar el carácter de sus alumnos... es necesario contar con los elementos para conducir el aprendizaje tanto en presencia como a distancia en forma simultánea", apuntó la Iglesia mexicana.
Por su parte, el sacerdote Eduardo Corral Merino, secretario de la Dimensión de Pastoral Educativa de la CEM, reconoció los esfuerzos de las autoridades mexicanas para inmunizar a los maestros en el retorno a las clases presenciales, pero coincidió en que ese es solo un primer paso:
"El desafío es formar ciudadanos corresponsables capaces de construir un desarrollo humano, integral, solidario y sustentable, promotor de la libertad, la justicia y la fraternidad entre los pueblos".
La Iglesia mexicana ha hecho un llamado a la comunidad educativa (en la que se incluye a todos los sectores involucrados en ella, no solo administrativos y profesores) a priorizar la atención a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, recuperando el contacto y su cuidado integral, al superar la etapa en que los medios de comunicación ocupaban un mayor protagonismo.
"Todos los que participamos de esta aldea global debemos impulsar hoy más que nunca la labor educativa, particularmente el desempeño de los docentes, promoviendo su desarrollo con las nuevas herramientas pedagógicas y tecnológicas que necesitan en la realización de su misión, entre otras necesidades", recordó la Iglesia católica.
La CEM concluyó que el Estado mexicano está obligado a privilegiar la atención hacia quienes tienen en sus manos la formación de las futuras generaciones "sin escatimar esfuerzo alguno, en un marco democrático e institucional, de forma transparente y propiciando las mejores condiciones laborales y económicas de esta alta vocación de servicio a la sociedad".
"Es urgente promover una acción educativa bidireccional, ya sea presencial o híbrida para entrar en comunicación con los alumnos. Esta tarea docente, en las circunstancias en las que nos encontramos, podría verse como una labor imposible; claramente nuestro desafío presente es responder a las cuestiones esenciales de la educación, sin dejarles solos con la responsabilidad".