Ciudad de México.- La Universidad Pontificia de México laureó con Doctorado Honoris Causa a dos prominentes juristas: el doctor Mariano Azuela Güitrón, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y al doctor Rodolfo Luis Vigo, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Santa Fe (Argentina).
En el marco del ‘Día de la Universidad’ en el que se conmemora la fundación de la que fuera la Real y Pontificia Universidad de México, el gran canciller de la UPM, el cardenal arzobispo de México, Carlos Aguiar Retes, junto al rector magnífico de la institución, Mario Ángel Flores Ramos, impuso el birrete doctoral a los homenajeados e hizo entrega de las letras académicas que los integra de manera honorífica al claustro docente.
Día de la Universidad Pontificia de México
— Pontificia de México (@UPontificia) January 30, 2020
Transmitiendo en vivo:https://t.co/9zjp6BP489
El rector Flores Ramos destacó en su mensaje la responsabilidad de la UPM “única y legítima, heredera y continuadora de la Real y Pontificia Universidad de México” fundada el 25 de enero de 1553 por el obispo Fray Juan de Zumárraga y el virrey Antonio de Mendoza. Acotó que la misión de la universidad, como espacio de pensamiento y reflexión, en medio de las tendencias globales que buscan inhibir la libre actividad social, debe seguir siendo espacio de diálogo y de construcción de ideas que acompañen a la sociedad.
"Ante la constante devaluación de las instituciones y la amenaza de la vigencia de las mismas, debemos reconocer la labor de aquellos que, dejando de lado el discurso de lo políticamente correcto de acuerdo a las circunstancias políticas, toman partido por la ética y la moral correcta de acuerdo al humanismo cristiano... mientras algunas tendencias gubernamentales, en distintos escenarios internacionales, tratan de inhibir la participación de los ciudadanos organizados, en aras a centralizar y monopolizar las actividadessociales; nos toca a nosotros reconocer las acciones virtuosas, que por iniciativa de muchas organizaciones responden con sentido solidario y humanista a las necesidades más apremiantes de la sociedad, comenzando por la educación".
Tras sendos ‘laudatios’ para enaltecer y celebrar las cualidades personales y profesionales de los homenajeados por el Doctorado Honoris Causa en Derecho Eclesiástico del Estado; los elogiados compartieron unas palabras con el respetable.
El doctor Vigo -quién desde hace más de once años ha cooperado en la educación en México- disertó sobre su trayectoria como magistrado y jurista en Argentina, se congratuló de las libertades que en su país natal le garantizaron poder ejercer el oficio del derecho con fe y con razón para el servicio de la justicia. En su discurso reflexionó sobre los valores que la razón y la fe imprimen al oficio de la impartición de justicia e hizo votos porque las instituciones religiosas participen más en la formación universitaria.
Por su parte, el doctor Azuela Güitrón compartió anécdotas de su desarrollo personal y profesional, su experiencia como creyente en una familia cuya cabeza paterna vivió una conversión a la fe cristiana y recordó su tesis profesional “Los Grandes Temas del Derecho y del Estado a la Luz de la Doctrina Pontificia Contemporánea”.
En este contexto festivo, las autoridades académicas también condecoraron con la Medalla al Mérito “Fray Alonso de la Vera Cruz” al ingeniero Gerardo Cortina Barrena, presidente de la Fundación Fernando Bustos Barrena SJ. La fundación, además de coadyuvar a la educación en México a través de más de 4 mil becas, ha cooperado con la Iglesia en México mediante el patrocinio de estudios universitarios y especializados a laicos, religiosas y sacerdotes de todo el país.
El cardenal Aguiar Retes clausuró el evento con unas palabas que destacaron el testimonio de los hombres laureados por la Universidad Pontificia y la necesidad de la sociedad mexicana de testimonios que animen a las nuevas generaciones.
“Casi siempre hay informaciones negativas. [Pero] el ser humano necesita testimonios que le animen, que entusiasmen. Testimonios de una entrega generosa, de gente brillante que mira al futuro que no se quedan en el presente. Hoy necesitamos entusiasmarnos”.
Finalmente, el gran canciller bendijo las nuevas instalaciones de la Universidad Pontificia de México que corresponden a una veintena de aulas nuevas y oficinas que darán servicio a la comunidad académica de la universidad de los obispos de México. También se develaron placas conmemorativas a la inauguración, líneas de agradecimiento a los bienhechores de la institución y un busto del primer gran canciller de la UPM, el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, donada por el religioso jesuita Enrique González Torres.