Ciudad Juárez, Chihuahua.- El obispo de Ciudad Juárez y titular de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH), José Guadalupe Torres Campos, denunció que las labores de auxilio, asistencia y atención a las personas en condición de migración se "han complicado" no sólo por los desplazamientos humanos que han incrementado su volumen y flujo sino por las dificultades propias del país en materia de seguridad y de servicio institucional a migrantes.

En los últimos meses, la oficina de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dedicada a la vigilancia de la pastoral migratoria y de la atención a personas vulnerables durante su tránsito forzado ha denunciado que ante el incremento de las caravanas procedentes de Centroamérica y las condiciones de violencia en el país, las diferentes casas, albergues y agentes de auxilio de migrantes sufren desde incertidumbre hasta riesgos mayores.

Torres Campos aseguró que, a pesar de estas dificultades, la Iglesia atiende a desplazados internos del país, la movilidad internacional desde el sur de América y desde otras latitudes.

"Una tarea como Iglesia, y yo como responsable de esta dimensión de migrantes, refugiados, desplazados, muy complicado por los hermanos migrantes, los flujos migratorios son muy grandes, cada vez más, los fenómenos son en caravanas", expresó el pastor.

El obispo afirmó que no solo se vive un desplazamiento de migrantes a nivel nacional, sino también de El  Salvador, Guatemala, Honduras, Venezuela, Chile, incluído Haití, Cuba y extracontinentales, por lo que se trata de un fenómeno global.

"Un llamado del papa Francisco y mío como responsable, lo que se pide son los cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar a nuestros hermanos migrantes, son personas que necesitan ser recibidos y aceptados", dijo. 

En conclusión, el obispo pidió a la autoridad mexicana que facilite la regularización de los trámites para que las personas en situación de movilidad puedan transitar y ser acogidos, en México o en otro país.