Saltillo, Coahuila.- Ante la crisis global de vocaciones en la Iglesia católica, los pastores y formadores del Seminario de Saltillo emprenderán un refuerzo integral tanto para continuar dando cause a los llamados vocacionales de jóvenes coahuilenses como para recobrar el apoyo de benefactores para la necesaria formación de los próximos sacerdotes.
Y es que, según el sacerdote José Héctor Pérez Hernández, promotor vocacional y prefecto de disciplina del Seminario Menor en Saltillo, actualmente de cada diez jóvenes que entran al Seminario, sólo dos terminan con su vocación sacerdotal.
Este primer escollo ha llevado a una crisis de ministros en la Iglesia. La concurrida Diócesis de Saltillo cuenta con sólo 200 ministros, entre presbíteros diocesanos y sacerdotes religiosos, pero -a decir de Pérez Hernández- se requieren hasta 800 para atender la necesidad espiritual de la comunidad local.
La dificultad para dar cause a las vocaciones que Dios llama en la región se ha agravado por la crisis sanitaria por la pandemia y los efectos derivados de la misma; el número de benefactores que apoyan a la formación y sostenimiento de los seminarios cayó hasta un 30 por ciento, según estimaciones del religioso.
Pérez Hernández detalló que con este escaso número de ministros en activo, cada sacerdote debe atender el auxilio espiritual y material de más de 11 mil fieles.
El formador reconoció que la Iglesia universal atraviesa una crisis en la respuesta vocacional; en buena parte, dijo, a la falta de compromisos de los jóvenes, no sólo la iglesia, sino al matrimonio y otras responsabilidades.
"Por eso pedimos la oración y el apoyo de la ciudadanía y bienhechores para seguir con el trabajo del corazón de la iglesia que es el seminario", señaló.
Actualmente acuden al mes entre 40 y 50 jóvenes para descubrir si tiene la vocación para el servicio al prójimo y la cura espiritual de sus adversidades; formalmente se han incorporado sólo 39 seminaristas.
La formación pastoral y sacerdotal en la Iglesia católica dura entre 8 y 9 años en el seminario. Se puede ingresar al término de la secundaria o la preparatoria y, junto a la educación formal intelectual, hay formación humana, pastoral y espiritual para que los jóvenes reciban el sacerdocio para servir al prójimo. (Con información InfoNor)