Morelia, Michoacán.- Fortalecer la empatía y la compasión entre todas las personas involucradas en educación (profesores, directivos, alumnos y padres de familia) es la búsqueda central del Pacto Educativo Global consideró el profesor especialista en educación, Juan Antonio Ojeda, doctor consultor de la Congregación para la Educación Católica.
El también hermano lasallista y miembro del equipo de la oficina de la Organización Internacional de Escuelas Católicas (OIEC) participó en los ‘Diálogos por la Esperanza’ producido y conducido por la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura del Episcopado Mexicano para abordar la crisis educativa contemporánea y los retos en materia de educación social en un mundo postpandémico.
Ojeda recordó que desde mediados del siglo XX, la Iglesia católica ya había alertado al mundo sobre la imperiosa necesidad de colaboración entre la institución educativa, la familia y la sociedad: “Esto que ha sido una constante, la pandemia nos lo ha puesto de manifiesto: Si queremos sacar un proyecto, debemos colaborar”, aseveró.
En diálogo con el sacerdote profesor en ciencias, Eduardo Corral Merino, el experto docente reflexionó: “La pandemia nos hace pensar en nosotros, pero también en los demás. En la última década, la misma educación se ha vuelto un tanto caduca, no está respondiendo a los tiempos ni desafíos actuales… la escuela se nos ha vuelto antipática para los propios alumnos, para el profesorado, para la familia. [Por ello] Tenemos que crecer en empatía y en compasión… antes de la pandemia, aumentaba el bullying, el acoso, muchos alumnos y jóvenes se sentían fracasados y nadie les atendía; ahora es importante no descartar a ninguno”.
Ojeda aseguró que esta actitud de mayor empatía y compasión “es una responsabilidad de los profesores, de las familias y de los propios compañeros de clase que deben colaborar entre ellos, educarse los unos a los otros, aumentando ese nivel de empatía y de compasión”.
El religioso lasallista también insistió en que la opción para la era postpandémica será una sociedad que ponga en primer lugar la opción por los últimos, por los más vulnerables: “Hemos de cambiar el modelo de economía, de sociedad y de política para que realmente sirva más a la persona y sea cada vez más fraterno”.
En el desafío ante la crisis educativa, Ojeda recordó las palabras del papa Francisco sobre el valor de la escucha: “En el diálogo, lo más importante es la escucha. Si queremos pactar debemos escuchar, activa y humildemente, ponernos en el lugar del otro para saber desde qué contextos se plantean las necesidades y se pueden buscar esas mejoras necesarias”.
Corral Merino, secretario ejecutivo de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura del Episcopado Mexicano, secundó el planteamiento del experto y aseguró que “los pasos que debemos dar en la educación no están en la instrumentalización, la operación, la tecnocracia, o de entrar en dinámicas mercadológicas. No. El papa Francisco cree en la conversión del corazón y esto se da en la experiencia del servicio. Amar, servir y generar esperanza. No generar ruidos, acciones, mercado ni actitud tecnocrática como muchos piensan”.
Ojeda finalmente reiteró su llamado a construir un pacto educativo que sea responsabilidad de todos: “Urge que se comience este pacto ya; podemos comenzar desde arriba hacia abajo pero también de abajo hacia arriba… en fin toda la comunidad educativa junto a otras comunidades del entorno vamos construyendo una localidad educadora”.