Acapulco, Guerrero.- Jesús Sanz Montes, arzobispo de la ciudad de Oviedo en España, fue interceptado y amenazado con ametralladoras por un grupo de encapuchados en el municipio de Tlapa, durante un esfuerzo misionero en la región de La Montaña de Guerrero. El hecho ocurrió mientras el religioso se trasladaba a celebrar una misa en una comunidad local.
En una entrevista difundida por la Arquidiócesis de Oviedo, Sanz Montes narró el incidente. “Simplemente íbamos un sacerdote y un servidor a celebrar a una pequeña comunidad un domingo la Santa Misa. Entonces en una de las curvas aparecieron tres encapuchados con ametralladoras. Nos detuvieron en el vehículo y nos preguntaron quiénes éramos y a dónde íbamos”.
El arzobispo franciscano detalló la respuesta que les permitió continuar. “Al decirles que éramos padres misioneros, dijeron ‘no se preocupen, sigan adelante’, y no tuvo más”.
Sobre la experiencia, afirmó: “Te impresiona ver que te encañonan personas a las que no puedes ver el rostro, pero más allá de ese susto comprensible, por otra parte, no tuvo mayor consecuencia y los misioneros son siempre muy respetados”.
La visita del religioso formaba parte de los preparativos para acompañar una misión de evangelización en la Diócesis de Tlapa, que será conformada por dos sacerdotes y un diácono de la Asociación Lumen Dei. Los nuevos misioneros se asentarán en la localidad de San Pedro el Viejo, municipio de Cochoapa el Grande, una zona donde la lengua principal entre los habitantes es la mixteca.
Colectivo de DH's reconoce rol de mediación de la Iglesia en Guerrero ante violencia
"Acompañé al señor obispo de Tlapa, Dagoberto Sosa, y la misión está en un enclave precioso, naturalmente hablando, donde hay muchas montañas, mucho bosque, mucha agua y son pequeñas poblaciones diseminadas por aquel boscaje, de gente enormemente sencilla, algunos muy pobres. Tengo allí dos antiguos amigos del Seminario que me invitaron el año pasado a que conociera todo aquel terreno que, efectivamente, es un terreno de misión. Me preguntaron si podríamos, como diócesis de Oviedo, colaborar en ese proyecto misionero. Y en ello estamos".
Sanz Montes se refirió al contexto de la región. “En Guerrero es esa quizás una de las zonas más violentas de México, por una parte una violencia muy básica, muy primitiva y por otra porque pertenece a uno de los corredores del narcotráfico”.
Sin embargo, el pastor asegura que a pesar de las dificultades, es necesario mantener el espíritu misionero: "Aunque también tenemos dificultades, si nos encerramos en nosotros mismos y nos atrincheramos, estamos renunciando a un elemento básico, como es la de ser misioneros".
MÁS: El duro rostro de la paternidad en Guerrero: hijos expuestos a amenazas y seducción del crimen