Ciudad del Vaticano.- La Santa Sede ha presentado el proyecto internacional ‘Puertas de la Esperanza’, una novedosa iniciativa que vincula el arte, la cultura y la fe con el sistema penitenciario y la dignidad de las personas en reclusión.
La Fundación Pontificia Gravissimum Educationis, dependiente del Dicasterio para la Cultura y la Educación, coordina esta acción que involucra a diez artistas de talla mundial en la creación de instalaciones monumentales frente a centros carcelarios de Italia y Portugal.
El cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio, declaró que “la Iglesia siente como propia la misión de acercarse a las personas en situación de detención para anunciarles el Evangelio de la esperanza”. Añadió que “no podemos olvidar ni a la población carcelaria ni a la realidad institucional que el sistema penitenciario representa”.
El proyecto se inspira en la apertura de la Puerta Santa en la prisión romana de Rebibbia durante el inicio del Jubileo, ceremonia que realizó el finado papa Francisco en diciembre de 2024.
Ahora, ocho artistas italianos y dos portugueses diseñarán puertas artísticas en diálogo directo con personas privadas de libertad, funcionarios penitenciarios y comunidades locales.
Davide Milani, secretario general de la Fundación, señaló que las puertas buscan “ofrecer al público una oportunidad para ‘entrar’ en la realidad del encarcelamiento, comprendiendo su función humana y rehabilitadora”.
El profesor Davide Rampello definió la iniciativa como “un camino que atraviesa simbólicamente los muros de la prisión, abriéndolos a la luz del diálogo, de la belleza y, sobre todo, de la dignidad humana”.
La dimensión educativa del proyecto incluye programas formativos desarrollados con la Accademia di Belle Arti di Brera y la Escuela Internacional de Cocia ALMA. Estos programas ofrecen capacitación técnica y creativa para la reinserción laboral de la población carcelaria.
El cardenal Tolentino concluyó que el deseo de la Santa Sede y del papa León XIV es “contribuir a despertar la conciencia de nuestra responsabilidad común como custodios de la esperanza. Cuando nos miramos como hermanos, comienza el tejido común de la esperanza”.