Madrid, España.- Desde asuntos de diplomacia geopolítica hasta las dificultades en la reforma en la Iglesia que le ha tocado encabezar, el papa Francisco ha concedido una larga entrevista a la cadena radial COPE, de los obispos de España, en la que ha expresado su personalísima opinión sobre los más diversos temas actuales.
Uno de los centrales: la reforma de la Iglesia que emprendió al llegar al solio pontificio en 2013. A pregunta expresa, Francisco aseguró que constantemente se ha tenido que enfrentar al desengaño pero que siempre 'se levanta y apuesta de nuevo'.
"El diablo corretea por todos lados -responde a la inquietud sobre las tentaciones en el propio Vaticano-. Pero a quien le tengo más miedo es a los diablos educados, que tocan el timbre, que piden permiso y entran en tu casa buscando hacer amigos... Jesús sí que habló de eso: Cuando el espíritu inmundo sale de uno, va y empieza a dar vuelta en lugares áridos, se aburre y después vuelve a la casa y la ve ordenada. Busca a siete peores que él y entra allí con otra actitud. La ingenuidad del hombre lo deja entrar y el fin es peor".
El locutor Carlos Herrera le preguntó al pontífice si considera que ha cumplido con el propósito de la reforma en estos casi ocho años de pontificado:
"El nombramiento me agarró por sorpresa... Pero [en este pontificado] no hay nada mío inventado. Lo que hice en el principio, fue poner en marcha lo que los cardenales dijimos en las reuniones precónclave. Es lo que yo puse en marcha y unque hay cosas por hacer todavía. No hay nada inventado por mí. Hago lo que se dijo en el precónclave. Quizá algunos cardenales no se dieron cuenta de lo que estaban diciendo o pidiendo. Mi proyecto de trabajo ha sido Evangelii Gaudium, en él traté de resumir lo que los cardenales habían dicho".
Y ahondó: "La reforma da pasos y bien. El primer documento que marca la linea es Evangelii Gaudium... y habla sobre el problema de la predicación. Lo que significa someter a los fieles a largas clases de teología, filosofía o moralismo que no es la predicación cristiana. En Evengelii Gaudium pido una reforma seria de la predicación. Algunos lo harán, otros no entienden. Insisto, el documento trata de resumir las actitudes de los cardenales en el preconclave. Ahora, sobre la Carta Apostólica Predicate Evangelio, que se está trabajando sólo queda que yo la lea para firmarla. Y no va a tener nada de nuevo de lo que se esté haciendo ahora".
Francisco se refiere a la simplificación de la curia romana con la fusión de los dicasterios de Educación y Cultura; así como los dicasterios de Propaganda Fide y Nueva Evangelización: "No va a haber nada nuevo de lo que se prometió que se va a hacer. Si hay algo nuevo serán pequeñas cositas de ajuste".
En esta entrevista, Francisco habló sobre su estado de salud, los rumores sobre la supuesta renuncia pero bromeó: "Hierba mala nunca muere... y eso aplica a mí también [...] Incluso me dijeron que la semana pasada estuvo de moda; no tenía idea. Me enteré después de que había una cosa de que yo renunciaba... siempre que un Papa está enfermo corre brisa o huracán de Cónclave".
Sin embargo, Francisco reveló que tiene una agenda normal, con trabajos pendientes por concluir (como la Constitución Apostólica 'Predicate Evangelio' y habló sobre su próximo viaje a Eslovaquia y Hungría así como su intención de ir a España. Advirtió, por cierto, que en ninguno de los potenciales encuentros con líderes políticos lleva "un guión":
"Una de las cosas que tengo, es no andar con libreto. Cuando estoy delante de una persona, la miro a los ojos y dejo que salgan las cosas. Así que ni se me ocurre qué le voy a decir; es una suma de futuribles que a mí no me ayudan. Me gusta lo concreto. Lo futurible te enreda, te hace mal".
El Papa habló sobre temas de interés político como la guerra y la salida del Comando Norte de Afganistán liderado por los norteamericanos:
-¿Afganistán se ha dejado a su suerte? ¿El Vaticano puede mover hilos diplomátco para evitar la represión?
"Estoy seguro que la Secretaría de Estado lo está haciendo -respondió el Papa-, su nivel diplomático es muy alto. El cardenal Parolin es el mejor diplomático que he conocido, que suma no que resta. Es una situación dificil; y como pastor me toca llamar a una oración especial... es verdad que vivimos en un mundo de guerra -piense en Yemen- pero esto [Afganistán] es algo muy especial, tiene otro significado. Lo que la Iglesia pide en tiempos de crisis es oración, penitencia y ayuno".
Al respecto, Francisco recordó las palabras de la canciller alemana Angela Merkel: "Es una de las grandes figuras de la política mundial. Dijo en Moscú: "Es necesario poner fin a la política irresponsable de intervenir desde fuera y de construir en otros países la democracia; ignorando las tradiciones de los pueblos'. Lapidaria. Me sentí delante de una sabiduría".
-El hecho de que renuncie a la Coalición del Comando del Norte de los Estados Unidos y la Unión Europea, ¿le desalienta, es un camino inadecuado, se les está dejando a su suerte?
"Son tres cosas distintas. Reunciar es lícito; el eco que tiene es otra cosa y dejarla a su suerte es otra... cómo renunciar, cómo se negocia una salida, por lo que se ve a aquí parece que no se tuvieron en cuenta todas las eventualidades. No sé si va a haber una revisión... hubo mucho engaño por parte de las autoridades o ingeniuidad, no entiendo. Pero hay un modo; pero esto de Merkel, subraya".
Siguiendo por temas geopolíticos, Francisco reconoció que el asunto de China y las tensiones ante la Iglesia local "no es un tema fácil" pero indicó que su opción siempre será el diálogo: "Estoy convencido de que no se debe renunciar al diálogo... Te pueden engañar en el diálogo, puedes equivocarte, todo eso; pero es el camino. La cerrazón nunca es camino. Lo que se ha logrado hasta ahora en China fue al menos dialogar. Alguna cosa concreta como nombramiento de nuevos obispos, lentamente. Pero también son pasos que pueden ser cuestionables y los resultados por un lado o por el otro", agregó.
En el propio Vaticano, aclaró el locutor también hay otro tipo de problemas: la corrupción que impide la reforma en el Vaticano. Herrera preguntó al Papa si la reforma es posible y también sobre el macroproceso judicial en contra del cardenal Becciu, quien fuera secretario sustituto de la Secretaría de Estado Vaticano:
"Hoy en día se ha progresado en la consoldiación de la justicia del Estado Vaticano. Han sido tres años de avance, que lo hacen más independiente, con mejores recursos técnicos, nuevos jueces, ministerio público nuevo. La estructura ayudó a enfrentar esta situación. Todo empezó con dos denuncias de personas que trabajan en el Vaticano y que en sus funciones veron una irregularidad [en la gestión de Becciu]. Hicieron la denuncia y me preguntaron qué se hace. Les indiqué que se tenía que presentar la denuncia al fiscal y, para apoyarlos, le metí mi firma debajo de la de ellos. No le tengo miedo a la transparencia y a la verdad; a veces duele y mucho, pero la verdad es lo que nos hace libres".
En concreto, el papa Francisco espera que los cambios en la estructura judicial vaticna ayuden a que cada vez sean menos estos hechos los que acontezcan. A pregunta a bocajarro, Francisco responde sobre las acusaciones del cardenal Becciu: "Él va a juicio según la legislación vaticana; yo quiero de todo corazón que sea inocente. Fue mi colaborador, le tengo estima. Es una forma afectiva de la presunción de inocencia, tengo ganas de que salga bien. Pero eso lo resuelve la justicia".
En la entrevista, Francisco también habló sobre la polémica levantada entorno al Motu Prorpio Traditiones Custodes que dio marcha atrás a lo que sus predecesores permitieron sobre la misa tridentina y en latín: "La historia es larga. Primero Juan Pablo II y especialmente Benedicto XVI con Sumorum Pontificum hicieron esta posiblidad de que se pudiera celebrar con el misal de Juan XXIII para aquellos que no se sentían bien, que tenían cierta nostalgia". El Papa insistió en que fue un gesto de "humanidad exquisita" del papa Benedicto para esta población creyente.
Sin embargo, diez años más tarde se mandó a hacer una evaluación con los obispos del mundo sobre estas misas y lo que representaba en las comunidades católicas: "La evaluación duró un año... la inquietud que más aparecía era la percepción de que una cosa pastoral se convirtió en ideología. Por ello había que reaccionar con normas claras. Que pusieron límite a aquellos que no habían vivido esta experiencia... a sacerdotes jóvenes que querían [celebrar tridentino] sin saber latín, no saben lo que dicen".
Por ello, el nuevo motu propio insiste en que la proclamación de la Palabra sea en el idioma que todos lo entiendan: "El límite es muy claro. Dice que si un sacerdote que quiera celebrar en latín tiene que pedir permiso a Roma. Un permiso de birritualismo que sólo lo da Roma... Si lee bien la carta es reordenar con cuidado pastoral y evitar un exceso".
Finalmente, entre muchos otros temas, Francisco también habló sobre las críticas a su persona, a su estilo pastoral y su perspectiva de la Iglesia:
"Yo también cuando era laico raso y cura me encantaba marcarle el camino al obispo, es una tentación hasta yo diría lícita si se hace con buena voluntad" y reconoció que incluso cuando se le interpreta incorrectamente prefiere no salir a aclararse: "Delante de interpretaciones que nacen un poco distorsionadas de alguna palabra mía yo me callo, porque aclarar es peor".