Guadalajara, Jalisco.– La Iglesia en México en las diversas instituciones que han convergido para promover la construcción de paz (Conferencia del Episcopado Mexicano, Conferencia de Superiores Religiosos de México y Compañía de Jesús en México), junto a una plataforma de instituciones civiles, convocó formalmente al Segundo Diálogo Nacional por la Paz. El evento está programado para desarrollarse del 30 de enero al 1 de febrero de 2026 en el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara.
La convocatoria se enmarca en un contexto nacional descrito por los organizadores como “polarizado” y donde “impera la desconfianza”. El propósito declarado de la iniciativa es “dialogar, articular y transformar para vivir en paz”. Según el comunicado oficial, “Es momento de volvernos a encontrar”.
Este proceso se originó en 2023 con un primer diálogo en Puebla. Como resultado de ese encuentro, se construyó la Agenda Nacional de Paz, un documento que refleja la participación de más de 20 mil personas y 16 instituciones. La agenda prioriza 14 acciones locales para la sociedad civil y siete acciones nacionales dirigidas a los distintos órdenes de gobierno.
Hasta la fecha, 300 gobiernos municipales, 10 estatales y el gobierno federal han firmado el “compromiso por la paz”.
La red que sustenta este esfuerzo está integrada por 26 equipos estatales y más de 30 mil personas. En ella participan representantes de iglesias, empresas, organizaciones sociales, colectivos de familias buscadoras, jóvenes y universidades. Los organizadores afirmaron: “Hemos acompañado el dolor, hemos alzado la voz, hemos hecho alianzas”.
El objetivo del segundo diálogo es iniciar una nueva etapa con “metodologías definidas para cada sector”. El fin es desarrollar un modelo local de diálogo con “rutas claras para contribuir a la construcción de un futuro posible y compartido”.
La convocatoria extiende la invitación a todos los sectores sociales, enfatizando que “Tienes un espacio para aportar en la construcción de la paz, una tarea que nos corresponde a todos y todas”.
Los impulsores de la iniciativa reconocen los “enormes retos” que enfrenta el país y evocan “la memoria de las víctimas de la violencia”. El mensaje concluye con una declaración: “Es momento de volver a encontrarnos con la mirada y la voluntad puestas en detener el dolor y la barbarie”.