Ciudad de México.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha hecho una dura crítica al gobierno nacional por su actuación frente fenómeno migratorio en su tránsito por México: "La situación de las personas migrantes... ha llegado a tomar una dimensión y complejidad alarmantes... el gobierno federal ha incumplido con los compromisos realizados... esto ocasiona que se ponga en riesgo la integridad física tanto de las personas migrantes como de la población local".
A través de un comunicado firmado por el pleno del Consejo de Presidencia del colegio de obispos mexicanos, los pastores afirman que la situación entorno al fenómeno miratorio es "caótica" y cuyos efectos no son sino "sufrimiento, desesperación y violencia".
En primer lugar, se relata la situación de las personas migrantes en Tapachula, Chiapas, donde "además del hacinamiento, demora en los trámites de solicitud de reconocimiento de la condición de refugiado y visa humanitaria, hostigamientos y abusos de parte de autoridades locales y federales", hay "desesperación y brotes de violencia de ellos, como respuesta a tantas promesas incumplidas de parte del Gobierno Federal".
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Los obispos hacen eco de las insatisfacciones de los migrantes y acusan a las autoridades de "incumplir los compromisos realizados con las personas migrantes para sus traslados y regularización migratoria". El problema, agregan, es que se "ha desatado una escalada de informidades" que se traducen en bloqueos carreteros y conflictos con la población local: "Esto ocasiona que se ponga en riesgo la integridad física tanto de las personas migrantes como de la población local", advierten.
En su comunicado también relatan los primeros acuerdos alcanzados por el Instituto Nacional de Migración con miembros de una caravana migrantes de aproximadamente mil 300 personas: "Imposibilitados ya para caminar aceptaron el ofrecimiento de ser trasladados a distintos puntos en el interior del país", refieren los pastores. Sin embargo, relatan que el instituto no atendió a 87 migrantes que no alcanzaron lugar en autobuses de traslado y pernoctaron en espera de un siguiente turno; durante la madrugada de ese día y a los días siguientes pues "se corrió la voz y esto ocasionó que un grupo considerable de personas migrantes se trasladaran hacia Mapastepec, Chiapas, lugar donde se supone llegarían los autobuses para el traslado al interior del país. Desde ese día a la fecha, la lista de los que esperan en Mapastepec ha pasado de 87 a más de 900 [migrantes]".
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El colapso de las instituciones y medios de salvaguarda de las carvanas migratorias ha propiciado que muchos de los migrantes se expongan a la insolación, al hambre, la deshidratación y la enfermedad mientras caminan sobre el sendero de la carretera costera del sureste mexicano.
La Iglesia mexicana asegura que la acción social de instituciones católicas "se ha mantenido firme en proveer de atención humanitaria a las personas migrantes, preocupada, además, por una política confusa e ineficaz del Gobierno Federal, la indiferencia del gobierno estatal y el rol de espectadores de los gobiernos municipales".
En ese tenor, la Igleisa urge a las autoridades civiles a intervenir humanitariamente frente a este fenómeno: "Corresponde al Gobierno de México crear condiciones dignas para el ejercicio de todos los derechos para todas las personas", acusan y lamentan que la reanudación del programa migratorio entre México y Estados Unidos conocido como 'Quédate en México' (el cual es profundamente criticada por ONG's de derechos humanos) continúe violentando principios internacionales en materia de refugio y asilo.
"Con profunda sinceridad deseamos que las personas en contexto de migración que se encuentran en territorio mexicano puedan ver una luz de esperanza en este valle de indiferencia, dolor y discriminación por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno".
Finalmente, los obispo hacen una llamado único a las autoridades civiles: "Exhortamos al gobierno de México a ejercer con prontitud sus compromisos para la promoción y protección de los derechos fundamentales de las personas en contexto de migración".
Por su parte, la CEM asegura que la Iglesia católica mantendrá apertura al diálogo con el gobierno para "canalizar propuestas efectivas en beneficio de las personas migrantes, solicitantes del reconocimiento de la condición de refugiado, personas mexicanas deportadas y en situación de desplazamiento forzado interno"; adelantan que los albergues y casas del migrante administrados por diversos grupos de la Iglesia Católica también seguirán realizando su labor humanitaria "de atender a las personas más pobres, migrantes, solicitantes de refugiado, personas deportadas, niñas, niños y adolescentes, sin importar credo, nacionalidad, lugar de origen o cualquier otra condición".
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Concluyen la carta pidiendo que la Virgen de Guadalupe "ilumine nuestro camino y nos anime a seguir creyendo en un mundo más fraterno y sin fronteras", y firman el arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López; el arzobispo de Yucatán y vicepresidente de la CEM, Gustavo Rodríguez Vega; el obispo de Cuidad Juárez y titular de la Dimensión de Movilidad Humana, José Guadalupe Torres Campos; el obispo de San Juan de los Lagos y tesorero general de la CEM, Jorge Alberto Cavazos Arizpe; el obispo de Cuernavaca y secretario general del organismo, Ramón Castro Castro; y los obispos de Tapachula e Irapuato, Jaime Calderón Calderón y Enrique Díaz, respectivamente, primero y segundo vocales de la CEM.