Ciudad de México.- El colegio de obispos de México ha divulgado un posicionamiento formal ante la situación de violencia que no da tregua en el país; a través del documento 'La paz como anhelo de la plenitud humana', el episcopado nacional también insiste en un llamado a la paz, la reconciliación y a las actitudes de fraternidad.
"Reafirmamos que el incremento de la intimidación, así como la proliferación incontrolada de las armas, son contrarios a la moral y a la búsqueda de una verdadera concordia. El terror ejercido sobre las personas más vulnerables contribuye al exilio de poblaciones enteras en busca de una tierra de paz", critica la postura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Afirman que la creciente complejidad del mundo hace que los seres humanos estén cada vez másinterconectados con los acontecimientos de los diferentes ámbitos sociales "pero contradictoriamente, también experimentamos lejanía, desconfianza y, hasta sospecha, para con los demás. Muy variadas formas de violencia amenazan nuestra vida contemporánea, no solo a través de las armas, sino también a través de las diferentes plataformas digitales y medios de comunicación masiva".
En particular, su preocupación sobre la situación en México es la siguente: "Ya lo expresamos en el 2010... se advertía la creciente actividad de la delincuencia organizada, la pobreza, la desigualdad social, la corrupción, la falta de reformas en las políticas económicas, las deficiencias en el sistema de impartición de justicia, el desempleo, etcétera. Ahora vemos que dicha realidad, lejos de disminuir, continúa amenazando a nuestras comunidades".
El episcopado señala que tras el proceso electoral 2021, la sociedad mexicana está obligada a construir un futuro "basado en la capacidad de comprometernos juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz, la reconciliación frente a las injusticias y la comunión entre todos nosotros".
Por ello, los obispos descartan que la búsqueda de paz en México se reduzca a la acción de la fuerza y del miedo: "La paz no puede reducirse al simple equilibrio entre la fuerza y el miedo. Mantener al otro bajo amenaza significa reducirlo al estado de objeto y negarle la dignidad".
En su declaración confirman que la construcción de paz se hace de manera 'artesanal' para transformar a las personas y a nuestros pueblos promoviendo una cultura de diálogo y de perdón, reconociendo que solo Dios es dueño y Señor de la vida... Nuestras sociedades necesitan artesanos de la paz que sean auténticos mensajeros y testigos, en la vida cotidiana, del bien ser, del bien dar y del bien estar, y con ello complementar la felicidad en la familia humana".
Ante la situación tan adversa en México, los obispos recuperaron las enseñanzas del papa Juan XXIII y Francisco. El primero afirmó que "la paz es la suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia y que dicha aspiración está impresa en la conciencia de cada persona"; mientras que el pontífice argentino ha exhortado "a vivir una actitud de franca y abierta amistad social en la que se construya una cultura del encuentro, capaz de superar las diferencias de puntos de vista que confrontan a las comunidades".
Los obispos hacen algunas propuestas para construir la paz:
1. Proponemos continuar construyendo a partir de los principios de solidaridad y subsidiariedad, favoreciendo que prevalezca la ayuda mutua, y caminando animados por la confianza recíproca. Este es un reto que hoy la historia nos ofrece.
2. Como constructores de paz: seamos respetuosos y comprensivos; si creemos en Dios, entonces oremos y seamos más agradecidos y caritativos; cambiemos toda actitud que sea perjudicial, realicemos una introspección y trabajemos en nuestros propios errores.
3. Seamos ejemplo de paz, armonía y amor en donde quiera que nos encontremos.
4. Seamos pacientes, fomentemos la sana convivencia, estemos dispuestos a ser serviciales, a ayudar al que lo necesita.
5. Optemos con prontitud y en todo momento por combatir la violencia, no nos esperemos, podemos hacerlo hoy mismo y con ello contribuir de manera trascendental en la promoción de la paz: utilicemos una comunicación asertiva, seamos amables; saludemos a nuestros vecinos, al portero, al policía, al que nos recibe a la entrada del negocio, a la persona que nos atiende en una ventanilla, incluso, a quienes no nos saludan, al que parece indiferente, o a quien no nos agrada; pues como decía Jesucristo, si solo amamos a quienes nos aman, y si solo saludamos a nuestros hermanos, ¿qué hacemos de extraordinario?
6. Pongamos en manos de la Justicia Divina todas las ofensas, daños y sufrimientos que nos hayan causado, y olvidemos la venganza, ésta es la única manera de romper la espiral de la violencia.
7. Superar las diferencias a través de la paz y la armonía, animándonos a cuidar en México, nuestra casita sagrada.