Ciudad de México.- En medio de la polémica desatada por el proceso de revisión de los libros de texto gratuitos que impulsa la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, los obispos católicos de México expresaron su 'extrañamiento' al gobierno de la República por dicho proceso y recordaron que "las leyes y las instituciones no responden a la voluntad de un solo hombre ni imponen una corriente de pensamiento o posición política".
La postura del episcopado mexicano concuerda con la de otras organizaciones de análisis educativa y expertos en la materia que han cuestionado el proceso emprendido por la SEP para el rediseño de los libros de texto para el cilco 2021-2022 que ha comenzado con la convocatoria y selección de mil 882 personas que entregaron mil 92 materiales, de los cuales se elegirán 234 propuestas para 16 libros de texto. Los desarrolladores de los materiales pedagógicos, se ha insistido, no recibirán ninguna contraprestación económica.
El presidente de la asociación Suma por la Educación, miembro del Consejo Directivo de Educación con Rumbo y exlegislador panista, Francisco Javier Landero, ha declarado: "Está siendo un proceso improvisado, sin definiciones y planeación clara y constantemente se cambian las decisiones a las personas que están revisando".
Para los obispos mexicanos, el impulso que da a esta iniciativa de la SEP "toca aspectos tan sensibles para todos los mexicanos, como son los contenidos dirigidos al aprendizaje de los niños y niñas del nivel básico en los textos obligatorios, a través de consultas y comisiones sui generis, en un tiempo tan breve, y sin mayor fundamento científico, jurídico e institucional".
"Manifestamos nuestro profundo extrañamiento... la participación social educativa, prevista por la reciente modificación al Artículo 3o. Constitucional así como la Ley General de Educación reciente, sigue pendiente de instalación, y el diálogo necesario no se ha realizado de manera institucional, a pesar del apremio a favor del interés superior de la infancia que a todos los grupos sociales nos obliga", dice el episcopado.
Se refieren a la instauración de lo acordado en la Ley General de Educación y la Nueva Escuela Mexicana. En principio, el Estado mexicano desarrollaría un esquema de trabajo transversal en todos los sectores educativos del país bajo nuevos principios, los cuales plasmarían cómo se quiere la escuela "pero hasta el momento, los planes y programas de estudio vigentes, es decir los que dicen cómo educar, con qué principios pedagógicos, cuáles van a ser los ejes, qué tipo de mexicano estás formando son de los sexenios pasados", cuestiona Carolina Irene Crowley Rabatté, integrante de la organización Mujeres Unidas por la Educación.
Sobre la 'catástrofe educativa global', los obispos mexicanos también exhortaron a toda la comunidad educativa nacional a ofrecer pronto una respuesta para los cinco millones de mexicanos que han abandonado sus estudios como parte de los efectos de la pandemia de COVID-19: "Es urgente la implementación de verdaderas políticas públicas, en diálogo intersectorial, para buscar cómo podemos responder a lo que el papa Francisco ha llamado una catástrofe educativa".
Finalmente, los jerarcas católicos pidieron a las autoridades educativas resolver cómo se puede regresar a la normalidad escolar: "debemos buscar formas nuevas para vincularnos, no sólo unilateralmente a través de la radio y la televisión, sino con verdadera interacción educativa virtual, presencial e híbrida, en lo que sea posible. Urge la corresponsabilidad educativa de todos, la conformación de protocolos sólidos y detallados que reconozcan las distintas realidades culturales y sociales de cada comunidad escolar y promuevan la participación y autorregulación, dando prioridad al derecho primordial de los niños de ser educados, más allá de cualquier otro interés y conveniencia de los adultos".
En nombre de todo el cuerpo episcopal mexicano, firmaron el extrañamiento el arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, Rogelio Cabrera López; el obispo de Irapuato y responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM, Enrique Díaz Díaz; y Alfonso Miranda Guardiola, auxiliar de Monterrey y Secretario General de la CEM.