Ciudad de México.- En su 17° Reporte de clérigos y religiosos fallecidos en México por afecciones del COVID-19, a un año del inicio de la pandemia, finalmente se da noticia del registro que algunas diócesis han comenzado a realizar y divulgar sobre las pérdidas de sus ministros de culto y agentes pastorales: Puebla y Morelia han presentado sus reportes oficiales que ayudaron a nutrir y adecuar el reporte del Centro Católico Multimedial (CCM).
Este jueves 11 de marzo se cumple un año desde la declaración de pandemia por la enfermedad de COVID-19, esto es, que el contagio del coronavirus SARS-CoV2 había alcanzado todos los rincones del orbe. Desde entonces, la distancia social, el confinamiento y las medidas de higiene han sido la regla principal para evitar el crecimiento de contagios y muertes en las comunidades; sin embargo, la epidamia ha tocado y afectado a todos los grupos sociales, incluida la iglesia católica que ya tiene números críticos tanto de pérdida de recursos por falta de misas, como pérdida de fieles y ministros que han sucumbido a la enfermedad.
El decimoséptimo reporte que realiza el Centro Católico Multimedial (CCM) hasta el 24 de febrero de 2021 reportó 230 clérigos y religiosas fallecidos por la enfermedad y complicaciones derivadas de la COVID-19.
Los decesos registrados son los siguientes: 5 obispos, 207 sacerdotes religiosos, 11 diáconos y 7 religiosas. Además, un 63% de los territorios diocesanos en el país han sido impactados por la muerte de alguno de sus clérigos o agentes de pastoral en lo que va de la pandemia.
El reporte mencionado también hace hincapié en el aumento registrado en las arquidiócesis de Guadalajara, Ciudad de México y Morelia. En el caso de la capital jalisciense, se ha registrado el deceso de 14 ministros en el lapso comprendido entre el 8 de enero y el 24 de febrero.
Hasta hace algunas semanas, la arquidiócesis de Puebla era la más afectada por los decesos en el país. La entidad había sufrido hacia finales de 2020 de al menos 30 sacerdotes fallecidos por la pandemia.
El aumento de los casos, se deduce, podría ser resultado de las celebraciones decembrinas, mismas que están directamente relacionadas con diversas fiestas religiosas en las que las aglomeraciones son muy difíciles de evitar.
"En la Iglesia católica, el inicio de la cuaresma, miércoles de ceniza, prendió las alertas para advertir los fieles sobre el riesgo de contagios apelado a la responsabilidad de los fieles. Se promovieron las celebraciones penitenciales familiares e, incluso, la confección de la ceniza en el hogar para evitar contactos entre personas. Diversos arzobispados y obispados dieron subsidios pastorales para las celebraciones privadas de ceniza", reflexiona el CCM en su reporte.
Con la actualización de casos, los clérigos y religiosas fallecidos por covid-19 en el período del 1 al 24 de febrero son:
- RP. Miguel Ángel López Álvarez, O de M. Prestaba su ministerio en la parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, colonia Vasco de Quiroga, en la Arquidiócesis de México.
- Pbro. Mario Arturo Ordoñez Pliego, de 53 años. El sacerdote gozó del gran cariño y aprecio del presbiterio de la diócesis y de la arquidiócesis de México para la cual se formó hasta antes de la creación de la diócesis de Iztapalapa. Era encargado de la Rectoría de Nuestra Señora de la Esperanza, colonia El Vergel.
- Diác. Permanente José Antonio Flores Flores, de 65 años. Realizó su ministerio de caridad en la diócesis de Cuernavaca. La escuela del diaconado permanente de esa diócesis expresó ante el deceso del ministro: “Toda tu familia y amigos esperamos recibas el premio tan merecido en el Reino del Padre, que con tanto amor trabajaste en este mundo. Nuestras oraciones por tu familia y por Normita nuestra hermana”.
- Pbro. Benjamín Bravo Pérez, de 80 años. Uno de los más destacados pastoralistas urbanos. Sacerdote de la arquidiócesis de México, tuvo una especialización en teología dogmática por la Universidad de Innsbruck. Doctor en teología pastoral por la Universidad Pontificia de México fue fecundo en cuanto a los estudios de su especialidad, mismos que tuvieron referencia a nivel latinoamericano. En tiempos de pandemia, sus reflexiones fueron publicadas en los diferentes cuadernos que también tuvieron las aportaciones de otros pastoralistas. Sus aportaciones en torno a la Doctrina Social Cristiana también fueron reconocidas por el Episcopado Mexicano.
- Pbro. Enrique Martínez Domínguez, de 78 años. Sacerdote de la arquidiócesis de Chihuahua, su historia de vida es inusual en cualquier presbiterio. Ordenado a los 73 años, enviudó en 2011 al fallecer su señora esposa, Guillermina Amparán Rey, con quien se unió en matrimonio en 1967. Fundaron una familia de 8 hijos que les dieron 18 nietos. Juntos instalaron un jardín de niños, una escuela primaria y una secundaria. Ordenado al diaconado permanente en 1981, fue impulsado al orden presbiteral en 2013 después del consentimiento de la Santa Sede y cursar cuatro semanas en un diplomado de teología en la Universidad Pontificia de México y ejercicios espirituales en el Monasterio de los Benedictinos en la diócesis de Cuernavaca.
- Pbro. Domingo Rogel Mendiola, de 81 años y del clero de la diócesis de Ciudad Altamirano. Su último trabajo ministerial lo realizó en la parroquia del “Patrón Santiago” en Tanganhuato, municipio de Pungarabato, Guerrero. Al respecto, el obispo de la diócesis, Joel Ocampo Gorostieta, escribió en redes sociales: Gracias a Dios tuve la oportunidad de asistirlo y todavía consciente pude administrarle la Santa Unción. Les pido oración por su eterno descanso. No habrá velorio. En cuanto se nos entregue el cuerpo, será trasladado a Tanganhuato. Será sepultado inmediatamente a un costado del Templo. Que esta experiencia dolorosa nos unifique y cuidemos más, siendo solidarios y haciendo nuestra, la cultura del cuidado. Cuidemos los unos de los otros”.
- Pbro. Miguel Ángel Franco Galicia, de 53 años. Sencillo, carismático y de gran empatía, el padre Franco era un hombre de gran devoción por la Eucaristía y de la Santísima Virgen María. Con 25 años de ministerio, sirvió en varias comunidades parroquiales donde fue estimado. Su última misión fue en San Nicolás Tetelcingo, diócesis de Cuernavaca.
- Pbro. Francisco Antonio Salazar Valdés, de 73 años. Fue vicario de Charcas, y Santa María del Río, además de cuidar la capellanía del colegio Hispano Inglés y de la plaza de toros “El Paseo”. Fue responsable del equipo de pastoral juvenil de la arquidiócesis de San Luis Potosí.
- Pbro. Mario Campos Hernández, de 62 años. Su deceso significó una irreparable pérdida entre los activistas defensores de los derechos humanos y comunitarios de los pueblos de la Montaña del Estado de Guerrero. Era sacerdote de la diócesis de Tlapa y fundador de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) de Guerrero. De acuerdo con un boletín del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, que posteriormente fue bajado de su sitio web, el sacerdote fue “factor determinante para impulsar la unidad de los pueblos y fortalecer estas luchas. Reavivó la organización comunitaria a través de las asambleas parroquiales que fueron el antecedente de las asambleas regionales”. Ese documento señaló que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) lo tuvo por sacerdote radical que promovió en su estado la creación de la policía comunitaria; además de tenerlo vigilado por supuestamente “ser pieza clave en los levantamientos armados”. Para el centro de derechos humanos “su legado sigue vivo en la diócesis y en las parroquias donde dejó una huella imborrable de lo que significa ejercer el sacerdocio desde el compromiso pastoral en defensa de los derechos de los pueblos indígenas”. Acompañó a las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala. El Concejo Popular Indígena de Guerrero “Emiliano Zapata”, lamentó el deceso del “hermano párroco... artífice en la fundación del Concejo de Autoridades Indígenas CAIN en nuestra región Costa-Montaña desde 1992 cuando estaba de párroco en Santa Cruz el Rincón. Como pueblos originarios reconocemos que hemos perdido un gran ser humano defensor del derecho y cultura indígenas promotor y fundador de la Policía Comunitaria desde 1995, para resarcir el problema de la inseguridad que prevalecía a nuestros pueblos y el abuso de los caciques de la región en contra nuestros pueblos. Nuestro hermano sacerdote, Mario Campos Hernández desde su espacio religioso, siempre promovió y acompaño a los pueblos me phaá, na savi, Nahua, afromexicano su proceso organizativo y lo acompaño en la construcción del proyecto de autonomía de los pueblos, y posteriormente fue participe en la creación de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, áreas encargada en la impartición de justicia de los pueblos originarios. El largo camino con nuestros pueblos siempre promovió la paz, la reciprocidad. Sin embargo, los malos gobiernos lo vieron como un peligro, por su trabajo de concientización a los pueblos y de promover el trabajo de la autonomía, de lo cual fue perseguido por el Estado por promover el trabajo de organización social”. El Instituto Nacional de Antropología e Historia lo consideró como un aliado importante en la atención de los monumentos históricos “y fue promotor de las asambleas comunitarias… se encontraba a cargo de la parroquia del municipio de Xalpatláhuac” de la región de la Montaña.
- Pbro. Juan Fernando Martínez García, de 58 años. Uno de los pilares en la formación del diaconado permanente de la arquidiócesis de México. Especialista en moral, el sacerdote tuvo el reconocimiento de los diáconos permanentes a los que acompaño quienes lo consideraron como un “hermano mayor” en el ministerio sacerdotal. Al fallecer era párroco en Nuestra Señora de Guadalupe, colonia Moderna, de la capital del país.
- Pbro. Martín Martínez Sánchez, de 56 años, era especialista en derecho canónico. Su ministerio tuvo varios apostolados como profesor, promotor vocacional, rector del seminario de Atlacomulco, vicario judicial de la diócesis y párroco de San Francisco de Asís, Ixtlahuaca, de la diócesis de Atlacomulco .
- Pbro. Osvaldo Gómez Sandoval, de 71 años, sacerdote de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, especialista en teología espiritual. Desempeño encargos diocesanos y de formación sacerdotal. Fue párroco de Santa Prisca y San Sebastián en Taxco y recientemente, designado para ser rector del seminario de la Inmaculada Concepción de Chilapa
- Pbro. Francisco Javier Tejeda Camacho, de 64 años, sacerdote de la diócesis Chilpancigo-Chilapa. Al fallecer era párroco del Santuario de Santa María de la Natividad de Tixtla, Guerrero.
- Pbro. Pedro Andrade Tabarez, de 65 años. Era especialista y docente en liturgia en la arquidiócesis de México .
- Pbro. Jesús Agustín Becerra Esparza, de 79 años. Una larga trayectoria de servicio pastoral en la arquidiócesis de Chihuahua distinguió a quien fue conocido como el padre Becerrita. Desde muy tierna edad ingresó al seminario y se formó en Montezuma. Especialista en sociología por la Universidad Gregoriana, impulsó las acciones en el Secretariado Social Mexicano. Impulsó los modelos de formación sacerdotal donde seminaristas se insertaban en realidades populares consolidando las Comunidades Eclesiales de Base creando cooperativas y comedores comunitarios. Construyó 15 templos y capillas gracias a las cooperaciones de los fieles y lo anterior le valió la confianza del arzobispado para la edificación de la Basílica de Guadalupe. Becerrita siempre estuvo comprometido con la práctica de la doctrina social. Medios chihuahuenses replicaron las palabras de la periodista Patricia Mayorga que reflejaron el talante del padre Becerra Esparza y el gran vacío que dejó en la Iglesia de Chihuahua: Hoy se fue un hombre que entendió que el servicio a Dios es dar la cara a la realidad y a la injusticia, por dura que sea y aunque se cuestione a la cúpula de la misma iglesia para la que trabajó y vivió; apostar a estar cerca de su gente, hacer frente a los cuestionamientos con amor y desde el corazón. No en vano, hoy lo están despidiendo con dolor y amor, personas de todos los estratos sociales que dan testimonio de su misión pastoral-social con la que construyó y fortaleció la fe de muchas y de muchos, incluyéndome. Seguramente ya descansa en paz, no tengo duda. Padre Becerra, ore por nosotros”.
- Pbro. Antonio Méndez de Anda, de 50 años. Uno de sus últimos oficios ministeriales lo desempeñó fue el de párroco en San Bartolomé, Tequisistlán, de la diócesis de Texcoco. El obispo, Juan Manuel Reyes Mancilla, lamentó su muerte el 22 de febrero y el vicario general diocesano, padre Sergio Garduño, confirmó su deceso por complicaciones derivadas del covid-19.
- Pbro. Víctor Manuel Díaz Mendoza, de 59 años. Vocero de la diócesis de Veracruz y párroco de la Iglesia catedral de esa misma diócesis. Su muerte acaeció el 14 de enero.
- Pbro. Francisco Javier Gutiérrez Pérez, de 51 años. En redes sociales, el cardenal José Francisco Robles Ortega, de la arquidiócesis de Guadalajara, señaló que el sacerdote tenía 16 años de ministerio sacerdotal y el Señor “permitió que fuera probado con el sufrimiento. Que su testimonio nos ayude a todos a fortalecer nuestro servicio a los fieles que se nos han encomendado. Hago llegar mis sinceras condolencias a sus familiares, compañeros, amigos y a todos los que recibieron, por su ministerio, la gracia en algún sacramento”. Su deceso se debió por las complicaciones derivadas del covid-19.
- Pbro. Antonio Ortiz Gaspar, de 83 años. Desempeñaba su ministerio en el Templo de la Merced de la arquidiócesis de Guadalajara. Tenía 47 años de vida sacerdotal en los cuales también fue docente y formador de generaciones de sacerdotes.
- Pbro. Román Reynoso Ramírez, de 86 años. Del clero de la arquidiócesis de Guadalajara. Era sacerdote adscrito en san Andrés y capellán del Trinitario Sacerdotal, albergue e institución donde son atendidos los sacerdotes ancianos, enfermos o convalecientes.
- Pbro. Eulalio Gómez Rodríguez. El sacerdote cumpliría 100 años el 12 de febrero. De la arquidiócesis de Guadalajara, en 2015, a los 94 años, se tituló como licenciado en Filosofía. Ordenado en 1951 por el primer cardenal mexicano José Garibi Rivera. Escritor de textos de espiritualidad, el centenario presbítero. Sirvió en diversas parroquias de la arquidiócesis de Guadalajara y fue asesor de capellanías, hospitales y asilos. El lema que forjó su carácter fue: “Capacitarme integralmente con constancia, perseverancia y responsabilidad para servir mejor”.
- Pbro. Fernando Barajas Magdaleno, de 70 años. Del clero de la arquidiócesis de Guadalajara. Conocido como padre Barajitas, su ministerio sacerdotal se dedicó a la formación de los futuros ministros. Las generaciones que formó le recuerdan como un hombre de pensamiento riguroso y expresión correcta. Fue párroco de la Divina Providencia en Arcos, Zapopan.
- Pbro. José de Jesús Martínez Ortega, de 87 años. Con 43 años de vida sacerdotal, sirvió en diversas comunidades de la arquidiócesis de Guadalajara. Actualmente estaba en el retiro en la Casa Trinitario Sacerdotal.
- Pbro. Salvador Serrano Avelar, de 77 años. Del clero de la arquidiócesis de Guadalajara, prestó su ministerio en la parroquia de san Pedro Zapopan. Los medios de comunicación arquidiocesanos dijeron del clérigo: Siempre de franca sonrisa y alegre de corazón, el Padre “Chava” no perdió su buen talante ni siquiera ante sus recientes y severos padecimientos, como tampoco por la muerte de su hermano mayor, José de Jesús, también Sacerdote, apenas el lunes 9 de noviembre del año próximo pasado (2020)”. Estuvo adscrito a la parroquia de María Madre de la Iglesia.
- Pbro. Salvador Contreras Serrano, de 67 años. Considerado como un sacerdote “cercano y de escucha”. Su último ministerio lo prestó en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Huejotitán, de la arquidiócesis de Guadalajara.
- Pbro. Héctor Miguel Ramírez Reynoso, de 78 años. Sirvió en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Toluquilla, y en el Trinitario Sacerdotal de la arquidiócesis de Guadalajara.
- Pbro. José Rubén López Barajas, de 58 años. Era párroco de San Cristóbal, Zapotitlán, de la arquidiócesis de Guadalajara. En su tuiter, el arzobispo José Francisco Robles Ortega señaló que el sacerdote era un “fiel devoto de la bendita imagen de Nuestra Señora de Zapopan, siempre cercano a Ella”.
- Pbro. Antonio Lomelí García, de 95 años. Su ministerio sacerdotal se prolongó por 66 años en la arquidiócesis de Guadalajara. Estaba retirado en el Trinitario Sacerdotal y estaba adscrito en la parroquia de Nuestra Señora de La Paz.
- Pbro. Víctor Alonso López Tinajero, de 39 años. Ordenado en 2008, realizaba su ministerio en Nuestra Señora de Guadalupe, Lomas de Camichín, de la arquidiócesis de Guadalajara.
- Pbro. Luis Fernando Orozco Espinoza, de 60 años. Vicario parroquial del san Pedro, Zapopan, en la arquidiócesis de Guadalajara. Desempeñó diversos oficios eclesiásticos, además de ser defensor del vínculo del Tribunal de Segunda Instancia de la arquidiócesis.
- Pbro. José Carlos Muñoz Mendoza, de 41 años. Sus 10 años de vida sacerdotal le permitieron servir como vicario en diversas comunidades de la arquidiócesis de Guadalajara. En sus redes sociales, el arzobispo José Francisco Robles Ortega lamentó la muerte del presbítero calificándolo “estimado y querido por los feligreses. Los 10 años que el Señor le permitió ejercer su sacerdocio, lo hizo con solicitud por el rebaño que le encomendaban. Que ahora su presencia en el Cielo, donde por la misericordia de Aquel que lo redimió lo tenga, sea para su familia, sus compañeros y para quienes lloran esta irreparable y sorpresiva pérdida, consuelo y esperanza de encontrarnos un día con él, en el Reino que dura por siempre
- Pbro. Raúl Paniagua Hernández, de 40 años. Era vicario parroquial en la comunidad de San Judas Tadeo en la arquidiócesis de Morelia.
- Pbro. José Domingo Manuel López Luna, de 71 años. El sacerdote desempeñaba su ministerio pastoral como párroco de la comunidad de San Juan Bautista en Cerano, municipio de Yurira, Guanajuato, arquidiócesis de Morelia.
- Fr. Alberto Hernández Jiménez, OFM, de 60 años. Originario de Chiapas y religioso de la Orden de Frailes Menores, era párroco de la Santa Cruz en Chamácuaro, municipio de Acámbaro, Guanajuato, de la arquidiócesis de Morelia.
- Fr. Héctor García Moreno, OFM, de 77 años. Religioso de la Orden de Frailes Menores, era vicario cooperador en la parroquia de san Francisco de Asís en Acámbaro, Guanajuato, de la arquidiócesis de Morelia.
- Pbro. Antonio Sánchez Jaimes, de 70 años. Era residente en la parroquia de Cristo Rey, Lagunillas, Michoacán, arquidiócesis de Morelia.