San Andrés Dinicuiti, Oaxaca.– El obispo de la Diócesis de Huajuapan de León, Miguel Ángel Castro Muñoz, celebró una misa por la paz en el marco de la fiesta patronal de San Andrés Apóstol con el que aprovechó para exhortar a la reflexión sobre un conflicto local que ha perdurado casi un año entero en Dinicuiti.
En la región persiste un conflicto social entre pobladores y autoridades municipales, originado desde los primeros meses del año por diversas inconformidades; entre las principales causas del descontento ciudadano se encuentran la falta de priorización de obras públicas, la renuncia de personal del Ayuntamiento, la falta de transparencia en el manejo de los recursos, malos tratos de parte de la presidencia municipal, así como la intromisión del gobierno municipal en asuntos internos del templo católico.
Por ello, durante su homilía, el obispo Castro se refirió a la problemática que afecta a la comunidad. Clasificó la situación como un conflicto político, más que religioso. “Atendamos a la palabra de Dios y así procuraremos vivir e iluminar toda realidad como la que se vive en San Andrés Dinicuiti en este momento ante el conflicto más que religioso, político”, dijo el obispo Castro Muñoz.
Argumentó que el origen del problema no es propio de la Iglesia: "No ha sido a causa de una inconformidad interna en la vida de la Iglesia; sino que, como lo revelan algunos hechos tristes, se debe a la injerencia de la autoridad civil del municipio en el culto”, expresó. Añadió que sus declaraciones no tenían un fin confrontacional: “Esto lo digo no con el afán de pelear pues no somos, ni tenemos enemigos”.
El obispo informó sobre los esfuerzos de diálogo con las autoridades municipales, que no tuvieron éxito: “Mucho se hizo por dialogar y ahora nos exige la situación más que al principio aguardar con paciencia, respeto mutuo y esperanza una salida legal”, indicó. La estrategia actual, según detalló, recurre a la vía jurídica “ocupando la mediación jurídica ante las debidas instituciones”.
Hizo un llamado a la comunidad para mantener la calma: “Les pido encarecidamente a todos contribuir a mantener el orden y la fraternidad, oremos, pidamos a Dios nos conceda que venga algo bueno de todo esto”, concluyó el obispo en su mensaje. El objetivo declarado es que las instancias legales permitan la reanudación de las celebraciones religiosas en la comunidad.
La misa congregó a feligreses en un contexto de tensión por la disputa entre autoridades civiles y religiosas sobre el control o la intervención en los actos de culto; sin embargo, el mensaje del pastor apeló a una tregua y una resolución pacífica de los diferendos. La diócesis espera una resolución a través de los mecanismos legales establecidos.

