Tlaxcala, Tlaxcala.- La Diócesis de Tlaxcala, a través de su Pastoral Social, anunció una serie de acciones de evangelización en favor de las mujeres víctimas de violencia, desaparición y explotación sexual. Esto surge tras los actos de vandalismo y pintas realizados por un grupo de mujeres en la parroquia de San José, en la capital tlaxcalteca.
El pasado 8 de marzo, luego de la marcha conmemorativa del movimiento feminista, algunas manifestantes encapuchadas realizaron grafitis en el muro izquierdo del templo, recientemente restaurado tras los daños sufridos en el terremoto de septiembre de 2017.
En las pintas se leían consignas como “Ni una más” y “Cuna de trata”, en alusión a la problemática de trata de personas en la región del centro de la República. También se arrojó pintura roja sobre la fachada y las antiguas cruces de cantera del recinto.
Lejos de condenar la intervención, el párroco de la iglesia, Marco Antonio Padilla, manifestó su comprensión hacia las manifestantes y señaló que la Iglesia católica interpreta estas expresiones como un llamado de auxilio. “Esas pintas que hicieron reflejan su dolor y su tristeza. No ofenden a la Iglesia, sino que nos cuestionan qué está haciendo la Iglesia por ellas”, expresó.
El sacerdote reiteró que no se emprenderán acciones legales por los daños causados. “No habrá ninguna denuncia, sino una actitud de reconocer la situación de dolor que viven muchas mujeres. Esto nos motiva a trabajar más en la evangelización”, aseveró.
Como parte de esta respuesta pastoral, la Diócesis de Tlaxcala anunció una peregrinación en favor de las mujeres, que se llevará a cabo el próximo 26 de marzo, desde Xicohtzinco hasta Zacatelco, municipios que han registrado casos de trata de personas. Asimismo, el próximo 19 de marzo, la parroquia de San José será elevada a la categoría de Santuario Diocesano del Señor San José, en una ceremonia encabezada por el obispo Julio Salcedo Aquino.
El párroco Padilla enfatizó que la iglesia ha trabajado en la defensa de los derechos humanos de las mujeres a través de la Pastoral Social y que el nuevo santuario se consolidará como un espacio de acogida y acompañamiento espiritual. “Queremos compartir con ellas que la iglesia siente su dolor y que trabajamos por la sanación de sus almas y de muchas familias que están en tristeza”, concluyó.