Ciudad de México.- La Dimensión Episcopal de Pastoral de la Salud en México dirigió un mensaje a la ciudadanía en el que ofrece siete criterios para comprender la importancia de la vacunación contra el coronavirus SARS-CoV2; bajo el título "Vacunarnos: un bien para la salud de todos", los obispos mexicanos comparten sus reflexiones sobre los desafíos sanitarios del país, la crisis de desinformación y el papel de los creyentes en el camino hacia la inmunización contra la pandemia de COVID-19.
Como panorama, los obispos señalan que la salud de los mexicanos continúa amenazada y que, tanto la infraestructura como el presupuesto sanitarios son insuficientes para atender la crisis; sin embargo, consideran aún peor que el escenario actual "siembre confusión y disminuye la confiabilidad en las ciencias biomédicas y en ocasiones, se llega incluso a desafiar el juicio y las orientaciones de la propia autoridad eclesial".
Ante esto, aportan los siguientes criterios para explicar "la conveniente necesidad de vacunarse para contrarrestar, en lo posible, el COVID-19 [pues] es preciso mirar con claridad cuál es su propósito y cuál es la relevancia ética que posee la personal colaboración en la campaña de vacunación".
1. Las vacunas son preparaciones destinadas a generar inmunidad contra una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos. En el mundo contemporáneo, aplicarse las vacunas clínicamente aceptadas por la comunidad científica internacional, colabora a proteger la salud personal y de nuestro prójimo, ayuda al cuidado de la creación; es una acción que custodia el auténtico bien común y promueve la verdadera cultura de la vida, basada en el respeto irrestricto a la dignidad de toda persona humana y a la justicia derivada de ella.
2. ¿Qué pasa con las vacunas que emplean líneas celulares procedentes de fetos abortados hace varias décadas? Los obispos responden con el criterio expresado por la Congregación para la Doctrina de la Fe: "Cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la COVID-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción".
3. ¿Qué hacer con aquellos que, aún sabiendo esto rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados? La Pastoral de la Salud responde: "Deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso. En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables". Y ahonda: "Quien rechaza la vacuna debe de contar con la verdadera posibilidad de implementar, tanto en el corto como en el mediano plazo, los medios preventivos eficientes para evitar el propio contagio y el contagio de los demás".
4. ¿Quiénes deben recibir primero las vacunas? El comunicado explica: "La vacuna debe de ser administrada prioritariamente a quienes poseen mayor riesgo de contraer la enfermedad: personas con riesgo especial a causa de otras enfermedades, edad o ejercicio de su vocación o profesión".
5. Sobre las lógicas de mercado de oferta y demanda respecto a las vacunas, los obispos critican tajantemente: "No es conforme a la justicia encarecer arbitrariamente los precios de medicamentos, oxígeno y otros insumos instrumentalizando el dolor y la enfermedad de la gente".
6. Sobre la promoción de remedios y fármacos no avalados para combatir la COVID-19: "No es conforme a la verdad y al bien promover el consumo de fármacos que no se encuentren avalados científicamente como recursos preventivos o como cura efectiva para el COVID-19. Por ello, una gran responsabilidad ética recae en las agencias instituidas para ejercer el arbitraje imparcial que garantice la calidad científica de los procesos de investigación, realizados por las farmacéuticas y otros organismos de salud.
7. Sobre el ambiente de desinformación y fake news contra una, varias o todas las vacunas: "Las controversias sobre fármacos y medicamentos deben realizarse con base en los datos que arrojen los más estrictos protocolos de investigación internacionalmente reconocidos. Meras opiniones, rumores o teorías conspiratorias solo pueden ser objeto del rechazo de una conciencia cristiana y responsablemente formada. Los católicos no debemos contribuir en modo alguno a la desinformación ya que está en riesgo la vida de las personas, especialmente, de las más vulnerables.
Finalmente, el episcopado invita a los fieles católicos y a la ciudadanía mexicana a empeñarse en la prevención, "como parte de nuestra vida diaria, con el fin de evitar sufrimiento innecesario y la eventual pérdida de la vida".