Managua, Nicaragua.- Después de años de tensión y agresión de bajo impacto por parte del gobierno orteguista a la Iglesia católica de Nicaragua, los últimos acontecimientos de abierto asedio y persecución religiosa perpetrados por las instituciones civiles contra liderazgos religiosos en el país centroamericano han provocado una reacción internacional de solidaridad con la Iglesia nicaragüense y un repudio a las acciones del gobierno 'revolucionario, socialista y cristiano' del matrimonio Ortega-Murillo.
Desde el viernes 5 de agosto, sacerdotes de diferentes diócesis de Nicaragua pidieron al Gobierno nacional el "cese la persecución a la Iglesia católica". Y es que en los últimos meses dos miembros del clero fueron arrestados y otros dos fueron sitiados en sus casas curales, incluyendo al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, uno de los pastores más críticos del presidente Daniel Ortega.
Los religiosos pidieron "respetar la libertad de expresión y de religión en nuestra patria"; en particular, brindaron su apoyo a su obispo, sitiado por policías desde el miércoles en la ciudad de Matagalpa.
A pesar de esta crisis, el cardenal Leopoldo Brenes inauguró el Congreso Nacional Mariano, con el que se clausurará la visita de la imagen peregrina de la virgen de Fátima el próximo día 13 en Nicaragua.
Brenes, arzobispo de la arquidiócesis de Managua, Masaya y Carazo, dijo durante una eucaristía celebrada en la Catedral Metropolitana que el Congreso Nacional Mariano, dedicado a la virgen María, fue inaugurado también en todas las diócesis de Nicaragua por sus obispos o delegados.
#ADNCelam | 🇳🇮 Los Obispos de #Nicaragua han expresado su fraternidad, amistad y comunión episcopal con monseñor Rolando Álvarez, obispo de #Matagalpa, quien ha sido objeto de asedio de parte del régimen sandinista de Daniel Ortega. #Iglesiaperseguida https://t.co/Z9z1p0hDTu
— CELAM (@CelamWeb) August 7, 2022
En días previos, la policía estatal arrestó y condenó al sacerdote Manuel Salvador García Rodríguez, acusado de una presunta violación a una mujer; también se capturó al párroco Leonardo Urbina, por supuesto abuso contra una menor; y se pusieron cercos policiacos al religioso Uriel Vallejos y al obispo Álvarez.
La prensa internacional recompila las historias de García Rodríguez, párroco de Nandaime, quien fue condenado a dos años y ocho meses de prisión por supuestamente agredir a una mujer. Mujer que también fue arrestada por el gobierno por negar la agresión.
Por su parte, Urbina, sacerdote en Boaco, enfrenta cargos por supuesta violación a una menor de 12 años, cuyos denunciantes han sido identificados por la oposición como seguidores de Ortega.
Een el caso de Vallejos, el sacerdote estuvo recluido en el dormitorio de una parroquia, en donde policías ingresaron a la fuerza para ocupar equipos de una radio católica cancelada por las autoridades.
Finalmente, el obispo Álvarez, encargado del área de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, fue sitiado por policías tras criticar el cierre de las radioemisoras católicas.
En las últimas semanas, el gobierno de Ortega ha ordenado el cierra de diez medios de comunicación en el país, ocho de ellos eran católicos.
La diócesis de Matagalpa reacciónó a través de un mensaje: "Llamamos a las autoridades civiles de este país a cesar los atropellos que sin causa justa vienen cometiendo contra la Iglesia que peregrina en Nicaragua. Confiamos en que se imponga la cordura, y se eviten estas manifestaciones coercitivas de los derechos humanos fundamentales. Exigimos que se respete la Constitución Política de la República, que cesen estas manifestaciones de odio y violencia y se pueda vivir y trabajar en paz".
La diócesis de Estelí también lamentó el curso de las acciones: "Seguimos con mucha preocupación el curso de los acontecimientos que están entristeciendo a nuestro país y entorpecen el ejercicio de la misión evangelizadora del clero hermano de la diócesis de Matagalpa", denunciaron.
No sólo del interior se expresan preocupaciones por la situación: el Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) expresó su solidaridad con los obispos, el clero, las religiosas y los fieles laicos de Nicaragua. Desde México, por ejemplo, la Igleisa católica local también ha expresado su preocupación por que "no hay visos de un diálogo fructífero que traiga la paz y el cese del hostigamiento" en la nación centroamericana.
El informativo oficial de la Arquidiócesis de México, dirigida por el cardenal Carlos Aguiar Retes, no utiliza eufemismos: "Este fue el último episodio del hostigamiento del Gobierno sandinista hacia nuestra hermana Iglesia nicaragüense, una persecución histórica que nos recuerda a los años ochenta del siglo pasado".
La Iglesia mexicana recordó la época de la dictadura nicaragüense en los años 80 cuando ésta "llegó al grado de desnudar y exponer públicamente a un sacerdote, profanar templos y expulsar del país a varios presbíteros por denunciar la injusticia social en ese país".
El editorial del órgano oficial arquidiocesano también recordó los hechos del 2018, cuando la Iglesia de Nicaragua respaldó las protestas sociales que exigían la dimisión de Ortega. De allí, intuye, viene la persecución sistemática del gobierno a la Iglesia. Situación grave que ha llevado a convocar al ayuno, a la oración constante y a la participación de más fieles en las celebraciones eucarísticas para pedir el cese a la represión.
"Sin embargo, ello ha incrementado la ira del presidente Ortega, quien esta semana ha llegado al extremo de impedir que el obispo Álvarez acudiera a su catedral para celebrar la Santa Misa y la Hora Santa".
Al igual que todos los organismos internacionales, la Iglesia mexicana hace preces para que el clima de represión que se vive en Nicaragua "no se convierta en una normalidad que se impone con las armas" y para que "puedan encontrar pronto una solución pacífica".
Nicaragua vive una crisis social que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dejado al menos 355 muertos desde 2018, de los cuales Ortega admitió 200 y alegó que se defendía de un supuesto golpe de Estado.
“Como Arquidiócesis Primada de México, nos sumamos al Celam (Consejo Episcopal Latinoamericano) y a otros organismos internacionales para expresar nuestra solidaridad y cercanía con la Iglesia de Nicaragua, pues nos duele profundamente lo que están viviendo nuestros hermanos nicaragüenses”, señaló la organización en su editorial dominical Desde la Fe.
Nicaragua está sumida en una crisis que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dejó al menos 355 muertos en 2018, de los cuales Ortega admitió 200 y alegó que se defendía de un supuesto golpe de Estado.
La crisis empeoró con las elecciones de noviembre pasado, cuando Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, fueron reelegidos en sus cargos, en un proceso criticado porque siete de sus potenciales rivales fueron arrestados y dos huyeron al exilio.
Con un 58.5 por ciento de creyentes, el catolicismo es la religión con más seguidores en Nicaragua, según el último censo nacional. (Información EFE, Agencias)