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Cardenal Pell reflexiona sobre el sufrimiento, la prisión y el coronavirus

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Melbourne, Australia.- En su mensaje de Pascua, el cardenal australiano George Pell, recientemente liberado de prisión a la que fue injustamente sentenciado por el delito de abuso sexual, ha reflexionado sobre por qué existe tanto sufrimiento en el mundo.

El purpurado fue liberado de prisión el jueves santo después de que los jueces del Tribunal  Superior de Australia desestimaran las acusaciones de abuso sexual contra menores, de manera unánime resolvieron que no había evidencia para considerar reales los alegatos de que el religioso hubiera abusado de niños del coro de la Catedral de Melbourne en los 90.

“Pasé trece meses en prisión por un crimen que no cometí, una desgracia tras otra”, escribió en su mensaje pascual publicada en The Australian.

El cardenal Pell escribió que la crisis de abusos sexuales perjudicó seriamente la vida de miles de víctimas: “Desde muchos puntos de vista de la crisis es también negativa para la Iglesia católica, pero hemos tenido que deshacernos de ese cáncer moral y eso, erradicar ese problema, está bien”, escribió.

“El Hijo de Dios no tuvo un camino sencillo y sufrió inmensamente. Jesús nos redimió y ahora podemos redimir nuestro sufrimiento uniéndolo al suyo y ofreciéndolo a Dios”.

En su mensaje afirmó que toda persona humana sufre y que desde ese sufrimiento se hace muchas preguntas: “¿Por qué hay tanta maldad y sufrimiento? ¿Y por qué esto me pasa a mí?”

Pell reconoció además que la pandemia por coronavirus COVID-19 es un momento gravemente singular para la gente de esta generación y para los más jóvenes. Recordó además que en tiempos de plaga y de dificultad, los cristianos fueron los únicos del mundo antiguo que mostraron su compromiso en la asistencia y el cuidado de los enfermos.

“Con frecuencia, las personas sin religión quieren eliminar las causas del sufrimiento, ya sea a través del aborto, la eutanasia o la exclusión, dejan a los seres queridos sin visitar en casas de asilo. Los cristianos vemos a Cristo en cada persona que sufre -víctimas, enfermos, ancianos- y estamos obligados a ayudarles”.

El cardenal considera que aunque el virus es comparado con la fiebre española o la peste negra, es ahora, en esta época de la humanidad cuando se cuenta con más capacidad ahora para luchar contra una infección de manera inteligente y para mitigar sus daños en la población.