Ciudad de México.- Al recordar que 'nadie está obligado a lo imposible', los obispos mexicanos han ofrecido siete reflexiones frente al próximo ciclo escolar 2021-2022 y la tensión social respecto a la prudencia y oportunidad de que los más de 30 millones de niños y adolescentes retornen a las aulas a partir del próximo 30 de agosto.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ratifica sus mensajes anteriores respecto a la educación en México y reitera la exhortación a las instituciones educativas, públicas y privadas, a todas las escuelas particulares fundadas y administradas por comunidades religiosas o diocesanas para "mirar con generosidad y confianza el futuro" porque "la educación debe ser la principal tarea de nuestro Proyecto de Nación. Sólo con un compromiso serio, decidido y generoso, seremos capaces de velar por el bien presente y futuro de nuestra niñez".
SOBRE EL TEMA: Titular de la SEP e Iglesia dialogan sobre retorno a planteles educativos
Los siete puntos de la CEM incluyen las siguientes reflexiones: Que todos los miembros de la comunidad escolar se organicen para garantizar el adecuado regreso presencial a las escuelas con las máximas medidas sanitarias posibles; que la sociedad practique la caridad, la fraternidad y la buena voluntad frente a actitudes pesimistas; que se privilegie la 'amistad social' puesto que las instituciones formales 'están rebasadas' para atender las necesidades de todos; insisten en que 'nadie está obligado a lo imposible' en el retorno a los centros educativos; que se privilegie el cuidado integral de la niñez; que se concrete un verdadero pacto educativo; y que las autoridades asuman su responsabilidad de proveer "políticas públicas, recursos y gestiones competentes" para responder a este momento histórico.
"El lavado de manos, la sana distancia, el uso correcto de cubre bocas, evitar lugares cerrados con espacios concurridos, son medidas que SALVAN VIDAS. La organización, el diálogo sereno y propositivo, así como la generosidad de todos con todos, serán el mejor remedio frente a esta difícil situación", recomiendan los obispos.
En su mensaje piden a la ciudadanía que haga "los máximos esfuerzos y no los mínimos": "No esperemos pues, a que otros nos resuelvan los problemas, sino que busquemos ser buenos samaritanos, capaces de ayudar y servir".
Ante la grave polémica sobre la oportunidad y seguridad del regreso a las aulas los obispos dicen con claridad: "Nadie está obligado a lo imposible... si no es posible tener un regreso presencial seguro, centremos nuestras prioridades en articular solidaridades para hacerlo a su tiempo, de acuerdo a las propias circunstancias y posibilidades".
Finalmente, los obispos hacen un llamado para que se logre el retorno de los millones de alumnos que, por la prolongada pandemia, han desertado en sus estudios o se encuentran en alguna situación de dificultad para continuarlos: "Ningún niño debe continuar aislado o descuidado en su educación. Debemos salir, todos, a buscar a aquellos que ya han desertado de sus estudios".