Córdoba, Veracruz.- De manera escalonada y gradual, los templos católicos comienzan actividades de reapertura en diferentes regiones del país. Para la visita de los fieles y la participación en sus actividades litúrgicas, las comunidades parroquiales y los ministros de culto buscan cumplir con las medidas sanitarias de seguridad para evitar que sus asambleas sean foco de contagio o transmisión de COVID-19.
Mediante señalética especializada para mantener distancia, crear espacios entre los fieles en las bancas de los templos y hasta para evitar que los asistentes entren en contacto con las imágenes de santos de su devoción.
Es el caso de las medidas adoptadas por la Diócesis de Córdoba, en específico de la Catedral de la Inmaculada Concepción cuyo altar mayor fue cubierto de plástico transparente como parte de la prevención ante la pandemia.
Los feligreses que pudieron visitar su recinto catedralicio se sorprendieron además con los letreros sobre las imágenes que les recomiendan no tocarlas. El rector de la catedral, Domingo Ortiz Medina, informó que para prevenir las transmisiones del virus entre los asistentes al recinto se tomaron estas medidas sanitarias; las autoridades locales mantienen el semáforo epidémico en rojo.
"El altar principal está cubierto de plástico y letreros de no tocar imágenes para evitar contagios y también el santo sepulcro porque es donde más va la gente a tocarlo”, apunta Ortíz Medina.
En este recinto catedralicio, como en el otro centenar de catedrales y concatedrales del territorio mexicano, las autoridades diocesanas se preparan para realizar las celebraciones mediante la fumigación, desinfección, toma de temperatura a fieles, reducir el acceso entre 25-10% de capacidad y proveer agentes sanitizantes para todos los asistentes. En la segunda mitad de agosto, a cinco meses de la llegada del COVID-19 a México, aún hay iglesias y catedrales cerradas al acceso de feligreses y las que comienzan a abrir tienen horarios reducidos.