Ciudad de México.- La reliquia de San Judas Tadeo, un fragmento del hueso de su brazo, culmina su gira de dos años por el país con una última parada en la Catedral Metropolitana. Los fieles de la capital tienen hasta el 11 de diciembre para venerar los restos del llamado ‘Apóstol de lo Imposible’, antes de su regreso a Roma.
La visita de la reliquia, procedente de la Basílica de San Salvatore in Lauro en el Vaticano, abarcó un año y medio en México. Recorrió estados como Guerrero, Puebla, Nayarit, Hidalgo y Sinaloa; y se estima que más de 21 millones de devotos acudieron a los templos para estar cerca de esta reliquia, considerada una de las más sagradas de la tradición católica.
Durante el fin de semana, la reliquia se expuso en la Parroquia de la Purísima Concepción, en la colonia Campestre. Los feligreses se acercaron al relicario de madera para tocarlo y hacer oración. Una feligresa describió el momento con estas palabras: “Es una paz increíble, soy una persona muy espiritual y creo que tener esta bendición es… no hay palabras para poder expresar”.
Otro devoto señaló la necesidad de intercesión del santo: “Creo que en este momento nuestro país está pasando por situaciones difíciles, por situaciones muy complicadas, y qué mejor que tenerlo ahí como gran intercesor”. Varios fieles consideraron la visita una gracia especial. “Yo creo que es parte de nuestra fe católica el poder estar cerca, es una gran oportunidad no tener que ir hasta Roma para poder estar cerca de ello”.
La reliquia, que llegó a la Ciudad de México el 29 de julio de 2024, tiene una agenda de despedida definida. Los últimos templos en acogerla son la Parroquia de María Auxiliadora en la alcaldía Miguel Hidalgo, el lunes 8 de diciembre, y la Catedral Metropolitana del 9 al 11 de diciembre. El 11 de diciembre la reliquia emprenderá su viaje de regreso a Italia.
La reliquia es un fragmento óseo del brazo de San Judas Tadeo. El apóstol fue martirizado en Persia en el siglo primero. En 1830, durante una renovación en Roma, se descubrió el fragmento. Se colocó en el relicario que ha viajado por el mundo, ofreciendo a los fieles la oportunidad de acercarse físicamente a la figura de uno de los apóstoles más venerados.
La gira demostró la enorme devoción de los mexicanos por el santo patrono de las causas difíciles. La reliquia deja tras de sí una estela de fe tras su recorrido de cinco meses por el país.

