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I Iglesia México

Sacerdote víctima de crimen, antepuso la caridad

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Ciudad de México.- No tenía ni quince días de haber llegado a la parroquia, cuando en su humilde curato el sacerdote Benito Torres fue sorprendido por un asaltante que lo amenazaba pistola en mano. El bandido ordenaba: “¡Entregue todo el dinero que tenga y no grite porque disparo!”

El sacerdote no opuso resistencia. Momentos más tarde, mientras el asaltante se entregaba a sus diligencias, llegó la policía. El joven criminal entró en pánico y golpeó al ministro para huir. Cuando lograron aprehenderlo, Benito Torres debió reconocer a su agresor; pero allí, frente al miserable, sintió compasión y afirma: “Ahí fue donde nació la idea de que teníamos que hacer algo por ellos”.

Benito Torres Cervantes es párroco de un simbólico templo en el Centro Histórico, Santa Cruz y la Soledad de México. Recinto cuya grandeza histórica contrasta con la miseria que se ha asentado al pie de sus muros.

Desde hace más de diez años, la zona próxima a La Merced ha mostrado un incremento de crímenes callejeros e indigencia; pero desde 2015, Torres Cervantes lidera un servicio humanitario a raíz de su experiencia con el asaltante: “El demandar a una persona o solamente criticar la violencia y sólo ver el fenómeno que estamos viviendo en esta zona, no nos lleva a nada, teníamos que hacer algo; de ahí surgió la idea de hacer programas para ellos. Lo primero que se nos vino a la mente es hacerles de comer”.

Hoy, la parroquia de Santa Cruz y la Soledad proporciona más de mil quinientas raciones de alimentos por semana, el objetivo es que ningún indigente de la zona quede sin comer. No es lo único conmovedor de este servicio, el equipo del sacerdote Benito Torres también es extraordinario: cinco ex indigentes y tres migrantes centroamericanos tienden la mano a otras personas más necesitadas.

Por si fuera poco, según el reportaje especial de Alberto Castilleja para ACN, la parroquia recibe cada noche un promedio de 230 indigentes; el templo se convierte en un albergue para poder dormir lejos de la intemperie. Por la mañana, el templo también provee un desayuno tanto a los que pernoctaron en su interior como a otras personas en situación de calle que se acercan.

“Ellos son los olvidados, aunque haya muchos programas sociales para ellos; son programas que los veo muy temporales, que alcanzan un periodo de un día y con suerte una semana, pero después quedan desamparados… están perdidos en la oscuridad; no de la violencia, sino en la de la soledad y de sus mismos problemas existenciales que traen”.

Actualmente, sus ocho naves parroquiales y dos capillas fueron habilitadas para hacer un sitio digno al servicio de las personas en situación de calle. La organización “Saciando al Pobre A.C.” realiza un trabajo que no sólo a alimenta a los más vulnerables, sino que intenta cambiar vidas y construir nuevas personas; cuenta con apoyo económico de vecinos de la misma comunidad de La Merced, así como de fondos de la Fundación Carlos Slim); Fundación Salmerón; Empresa Cosmopolitan; Bancos de alimentos, para todos, Mensajeros de la Paz de España y algunos voluntarios.

En la celebérrima novela ‘Los miserables’ de Víctor Hugo, el protagonista Jean Valjean, después de recibir hospedaje en casa del obispo Myriel, roba la cubertería y huye en medio de la noche con tan mala suerte que es capturado por la policía. Al presentarlo ante su víctima, el obispo -en lugar de confirmar el robo- indica que él mismo le regaló los cubiertos al exprisionero y añade que incluso olvidó los candelabros. El sacerdote Benito Torres hace algo semejante al liderar este servicio, no quiso permanecer como víctima y encerrarse con temor a su prójimo aunque tenía derecho a hacerlo; tendió la mano, anima a enaltecer la dignidad de cada persona, escucha el dolor de cada necesitado y pone un grano de arena para ayudar a recobrar camino.

Historia completa: https://acnweb.mx/poblacion-en-situacion-de-calle-ven-una-luz-en-la-iglesia-de-la-soledad-con-mano-de-dios-y-del-padre-benito/