Ciudad de México.- Luego que el papa Francisco publicara el 23 de enero pasado el decreto con el que se reconocen las virtudes heróicas del sacerdote mexicano José Antonio Plancarte y Labastida (1840-1898), los fieles de la Ciudad de México se congratularon de este primer paso hacia su beatificación.
Plancarte y Labastida es recordado primordialmente como el promotor de la Coronación Pontificia de Nuestra Señora de Guadalupe en el siglo XIX. La Virgen de Guadalupe es la advocación mariana más importante del continente americano que se presentó ante el pueblo de México a través del vidente indígena san Juan Diego Cuautlatoatzin en 1531 con un mensaje de unidad y consuelo.
La Virgen de Guadalupe fue solemnemente coronada en el Santuario del Tepeyac el 12 de octubre de 1895 con la presencia de buena parte del episcopado mexicano y latinoamericano, así como por ministros de culto y feligreses de todos los rincones del país. De esta manera se impulsó a la Iglesia católica mexicana tras los efectos que las Leyes de Reforma provocaron entre el clero en el país.
Plancarte y Labastida nació en la Ciudad de México, realizó sus estudios en Michoacán y en Roma. Fue ordenado sacerdote en Italia, el 11 de junio 1865. En el extranjero, José Antonio estudió Comercio, Ingeniería, Geografía y Física; gracias a la intermediación de su tío, el obispo de Puebla, Pelagio Labastida, pudo acudir a una audiencia con el papa Pío IX y presenció la Canonización de los Mártires de Japón. Allí coincidió con los obispos mexicanos que acudieron a celebrar la canonización del protomártir nacional, san Felipe de Jesús.
Fue párroco en Jacona entre 1865 y 1882. En 1878 fundó la congregación de religiosas Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, dedicadas primordialmente a la educación.
Fue nombrado abad y obispo de la Basílica de Guadalupe 1895 y, con la venia del papa León XIII, promovió la Coronación Pontificia de la Virgen del Tepeyac. Poco antes de morir impulsó la construcción del templo expiatorio nacional de San Felipe de Jesús, así como el movimiento de Expiación Nacional y Adoración Nocturna mexicana. Falleció a los 58 años en la capital de la República el 26 de abril de 1898.
Según indican los cánones de la Iglesia católica, el proceso de canonización del padre Plancarte continúa en su fase romana. La Santa Sede han emitido el decreto con el que nada obsta para iniciar el proceso canónico; así el Siervo de Dios será declarado Venerable cuando el proceso de los escritos y la ‘Positio’ sean verificadas por los censores del Vaticano.
A partir de este momento, los postuladores de la Causa de Canonización deberán promover la figura del Padre Plancarte para que los milagros concedidos mediante su intermediación sean verificados también por peritos en la Santa Sede. Si el milagro resultase verificado, Plancarte y Labastida sería ya considerado Beato, con la posibilidad de ser celebrado en el territorio mexicano en una fecha propia del calendario litúrgico. Si se verifica un segundo milagro, podría acceder al Canon de los Santos Universales con el cual, la veneración al religioso mexicano podría realizarse en cualquier parte del mundo.