Acapulco, Guerrero.- Tras una agitada y controversial semana en la que se evidenció la participación de los obispos católicos del estado de Guerrero en los diálogos con líderes y células del crimen organizado para intervenir a favor de una tregua y la pacificación de la región sur del país; los cuatro pastores de la región guerrerense hicieron pública una declaración conjunta en la que, además de insistir que el clamor social ante la violencia debe ser atendido por las instancias del poder político, invitan a las familias, a los creyentes, a los gobernantes y a los líderes criminales a poner de su parte para alcanzar la paz en la entidad.
El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, y los obispos de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández; Ciudad Altamirano, Joel Ocampo Gorostieta; y de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, firmaron una declaración conjunta "ante el recrudecimiento de la violencia en nuestro Estado".
"No podemos quedar en silencio porque como obispos estamos llamados a ser profetas y constructores de la justicia y de la paz y defensores del derecho a la vida, de la dignidad humana y de los débiles", expresaron y aseguran que su posición frente al clima de violencia obedece a su interés por dar voz a los oprimidos, perseguidos y humillados.
En la segunda semana de febrero, tanto el obispo emérito de Chilpancigo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, como el actual pastor diocesano González Hernández, confirmaron su intermediación con los líderes de cárteles delincuenciales para alcanzar una tregua a favor de la población de la entidad ante la inoperatividad o la omisión de las autoridades civiles de Guerrero. Las peticiones centrales fueron la liberación de las rutas de transporte y terminar el asedio a la población civil en varias regiones dominadas por el narco. Según fue confirmado, la tregua alcanzada por el narco y los obipos católicos se limitó a la región de Chilpancingo y a la liberación de algunas rutas de transporte para que los guerrerenses pudieran transitar relativamente en paz en sus localidades.
Tras este polémico suceso, el resto de los obispos del estado reconocerion que en toda la entidad se escucha "el grito ensordecedor de las personas y familias que han sido víctimas de múltiples formas de violencia" y apelan a las autoridades civiles a escucharlas pues es su deber "asegurar la legalidad en nuestro estado y país, los que pueden contribuir a restablecer un orden justo en la sociedad y aquellos que dañan a la sociedad".
COMUNICADO ÍNTEGRO: Provincia Eclesiástica de Acapulco-Sobre la paz en nuestro estado de Guerrero
En su comunicado, los obispos hacen llamados concretos a cuatro destinatarios de la entidad: a las familias para que fomenten entre sus integrantes constantes actitudes de paz, aprecien plenamente la dimensión comunitaria de la vida y eviten engrosar las filas de quienes promueven la cultura de la muerte; a los creyentes para "asumir la convicción de que la paz nace de quienes se abren a Dios, promueven la fraternidad, una cultura y una espiritualidad de solidaridad y de paz mientras invocan constantemente a Dios en la oración"; a los gobernantes "pedimos que superen cualquier actitud de indiferencia ante aquellos que los eligieron para gobernar y eviten ser rebasados por aquellos que intentan apoderarse del ánimo, de la vida económica y del futuro de nuestros municipios".
A estas autoridades les recuerdan que "el descontento social aumenta ante el clima de impunidad y algunos pueblos empiezan a asumir roles que corresponden a las fuerzas del orden".
Finalmente, los obispos encaran a las personas involucradas en el crimen organizado o que han hecho del crimen un estilo de vida: "Les pedimos que cesen en sus abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades. Todos necesitamos un ambiente libre de intimidación y violencia para conservar nuestra integridad física y psicológica, trabajar honestamente, consolidar nuestro patrimonio material, disfrutar de nuestra familia, asistir a los centros escolares, llegar a las instituciones de salud y manifestar públicamente nuestra fe".
El mensaje concluye recordando que "nadie tiene derecho a matar, abusar sexualmente, robar, mentir, esclavizar; mucho menos a convertirlo en un negocio o en un medio de intimidación".
Los obispos de esta entidad ubicada en la región sur del país finalmente aseguran que se involucrarán todos los agentes pastorales en la evangelización para la paz y elevaron preces para que Dios "nos libre de todos los males y nos ayude a reconocer y respetar la dignidad, los derechos y la vida de los demás".