Managua, Nicaragua.- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quién preservó el poder en la presidencia al arrestar o expulsar del país a todos los candidatos de oposición, arremetió este miércoles contra la Iglesia Católica, a la que acusó de no practicar la democracia, y de ser una “dictadura perfecta”.
Ortega también acusó a la Iglesia Católica que dirige el papa Francisco de haber utilizado “a sus obispos en Nicaragua para dar un golpe de Estado” a su régimen en el marco de las manifestaciones que estallaron en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social.
"¿Desde cuándo los curas están para dar golpe de Estado y desde cuándo tienen autoridad para hablar de democracia?”, cuestionó el político y prosiguió: "¿Quién elige a los curas, a los obispos, al papa, a los cardenales?, ¿Cuántos votos?, ¿Quién se los da?”.
Ortega afirmó que si la Iglesia Católica quiere hablar de democracia, ésta debería empezar por elegir con el voto de los católicos "al papa, a los cardenales, a los obispos, a los sacerdotes, sino que todo es impuesto, es una dictadura, la dictadura perfecta, es una tiranía, la tiranía perfecta”.
Para el antiguo guerrillero marxista, reingresado al catolicismo por el cardenal arzobispo Manuel Ovando Bravo, y cuyo lema administrativo es 'Revolución cristiana, socialista y solidaria', la Iglesia Católica no tiene autoridad para hablar de democracia, porque “los obispos son nombrados de dedo de parte de alguien que no ha sido electo por el pueblo, sino por un grupo de cardenales”.
“Le diría a su santidad, el papa, con todo respeto, a las autoridades de la Iglesia Católica, yo soy católico, que como católico no me siento representado por todo lo que conocemos de esa historia terrible, pero también por el hecho que lo oímos hablar de democracia y no practican la democracia”, alegó.
A juicio de Ortega, “sería una revolución que al papa lo eligiera el pueblo católico del mundo”.
El presidente acusó nuevamente a “algunos obispos” de Nicaragua de estar detrás de los golpes de Estado y los acusó de encubrir a una “banda de asesinos” que, según dijo, intentaron derrocarlo y asesinarlo en el marco de las manifestaciones antigubernamentales de hace cuatro años, en la que se pidió su dimisión por responder con la fuerza.
Pero no solo eso, Ortega afirmó que los obispos lo han mandado asesinar: “Algunos curas, algunos obispos, llamaron a la gente a que me metieran plomo (balas), qué esperaban para matarme”. Sin embargo, no aportó pruebas ni datos específicos.
Afirmó que, en el interior del país opera “una banda de asesinos encubierta con la Iglesia Católica”.
Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua y uno de los varios religiosos que viven en el exilio debido a la persecución sistemática del gobierno en su contra, calificó de mentiroso y cínico a Ortega por los señalamientos a la Iglesia Católica y a los religiosos nicaragüenses.
“¡Cuánta ignorancia, cuánta mentira y cuánto cinismo! Un dictador dando lecciones de democracia; alguien que ejerce en forma ilegítima el poder, criticando la autoridad que Jesús otorgó a su Iglesia; alguien que es ateo, lamentándose de no sentirse representado por la Iglesia”, escribió en un tuit el obispo, quien se encuentra fuera del país desde hace 41 meses por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.
Este 2022, el gobierno orteguista expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, a 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta y a otras congregaciones religiosas cuya única labor es servir a los pobres.
Ortega también mantiene bajo arresto a ocho sacerdotes, incluyendo al obispo Rolando Álvarez, quien fue sustraído por agentes policiales la madrugada del viernes 19 de agosto, junto a otros cuatro presbíteros, dos seminaristas y un camarógrafo del palacio episcopal de la diócesis de Matagalpa, después de haber estado 15 días confinados.
Además, Ortega cerró nueve estaciones de radio católicas y sacó de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos.
La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro de Ortega, además ingresó por la fuerza y allanó una parroquia, impidiendo a los feligreses recibir la eucaristía dentro del templo y sitiando a otros sacerdotes en sus iglesias, prohibido procesiones con imágenes de los santos, entre otros. (Con información de EFE)